Mirando la fecha se puede ver cómo estaba la cosa municipal en aquellos primeros balbuceos de la transición. No deja de ser una información cuanto menos curiosa
¿SE ACERCA EL CAMBIO DE CONCEJALES?
• Lista: los que se van y los que se quedan
Los nuevos ediles parece van encontrarse con la ciudad en mejor forma. Precisamente en estos días se le dan los últimos toques a la tan criticada fuente de las Tendillias, que de muevo volverá a lucir chorros y colorines.
La cuestión de si habrá renovación o no de capitulares en el próximo mes de noviembre está sobre el tapete de los rumores. Se apunta la posibilidad de un retraso, que implicaría lógicamente una prórroga de los ocupantes actuales de los sillones de la gran sala del Municipio.
UNA INCOGNITA AZUL
De todas formas lo legal es lo legal, y ahí que en nuestra agenda anotemos los nombres de los que se quedan y de los que se van. De los que se comerán el turrón navideño en el sillón de su casa y de los que lo harán en el sillón de edil.
Con elecciones en noviembre y cese en febrero de 1977 se van por cumplir el periodo reglamentario y por el tercio de entidades don José Pérez Recio, don Luis Felipe Medina Cruz y don Miguel Salcedo Hierro. Por el tercio sindical —desaparecido en las nuevas elecciones—, don Manuel Madrid del Cacho, don Antonio Ruiz, Arenado y don Rafael González Barbero, y por los familiares, don Juan Montiel Salinas, doña Josefa Aparicio y don Pablo Cuadrado Capilla. Todo esto salvo error u omisión.
Por tanto, quedan los siguientes capitulares: Por el tercio de entidades, don Juan Martos Reyes, don Arturo Gómez Cima, don Antonio Ortega Raya y don Juan Carrillo Pastrana. Sindicales, don Ramón Lozano y García de Vinuesa, don Antonio Campos Medina, don Pedro Jiménez Barba y don José Bellido Romero. Finalmente, por el tercio familiar quedan don Ramón Baena Salas, don Juan Millán Alvarez, dón Manuel Alcántara Eslava y don Gregorio Herrero Sánchez de Puerta (dimi¬ido).
La intensa labor publicitaria que en estos días se observa en la información oficial acerca de las relaciones municipales, hace pensar que las renovaciones van a ser cuanto menos reñidas. Se agolpan columnas enteras que hablan de «realizaciones pendientes» o de «proyectos inmediatos». Se reseñan como nunca los contactos más o menos eficaces con la «oposición ciudadana», y todo hace pensar que incluso celebrándose la renovación del cincuenta por ciento de capitulares, el sillón número uno seguirá imperturbable. Y no olvidemos que caso de renovación ésta sería, nueva ley en la mano, por un periodo de seis años; demasiado tiempo quizá, sobre todo si se enlaza con otros periodos cuya eficacia está por demostrar, aún a pesar de los esfuerzos últimos cerca de la coronación del mandato. Los «no» dichos casi en solitario en las Cortes pueden ser decisivos a la hora tanto de un apoyo popular como del visto bueno gubernamental.
¿ENTRARAN LOS PRESIDENTES?
Los que ganan puntos por días son los presidentes de las barriadas, que por lo menos han sido menos dedocráticámente elegidos. Alguno que otro cuenta en su haber intentos pasados de conseguir un lugar, detrás de la baranda del público, en la sala capitular. Su no salida siempre se atribuyó al pucherazo de turno. Ahora, si las garantías de eleccio¬nes neutrales se cumplen, pienso que nadie les puede quitar el deseado sillón. La voz de los problemas de su barriada se oirían quizá con más fuerzá que ahora en los plenos mensuales y quizás incluso asistiríamos a una división de taifas de la ciudad calífal. Es decir, en una defensa a ultranza de los problemas de «mi» barriada frente a problemas de índole general. Pero de todas formas ahí está el proceso democrático dispuesto a hincarle el diente a lo municipal, y el voto personal y secreto de cada ciudadano deseoso de elegir quien defienda su calle, su limpieza, su aparcamiento, su calidad de vida. Noviembre, a treinta y tantos días fecha.
E. O.
(Foto Rodri.)
Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 21 de septiembre de 1976
Foto Rodri (Ladis)
2 comentarios:
Algunos nombres se la trae. Que tiempos.
Saludos.
Así es Paco. Pero estos eran los bueyes que teníamnos y con estos bueyes, como dice la biblia, teníamos que arar. Todo ello con perdón de los bueyes. Saludos
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