jueves, 8 de diciembre de 2011

Guerrita, genio y figura, por Pepe Jiménez y Carlos Valverde

Este "refrito" de la revista Arte Fotográfico, reproduce una curiosa colaboración de Pepe Jiménez y Carlos Valverde  Castilla en torno a la figura de Guerrita

HACE ALGUN TIEMPO
Guerrita, genio y figura
-En un día toreó tres corridas
-"EN LO MIO, YO SOY ER PAPA"
Cuarenta años funcionó en la calle Gondomar el "Club Guerrita"

"Guerrita, genio y figura". Con este titulo, la revista "Arte Fotográfico" ha publicado una amplia crónica en torno al singular personaje  cordobés   Guerrita.
El texto pertenece a don Carlos Valverde Castilla, y el amplio tratamiento gráfico a José Jiménez Poyato.
Dada la oportunidad del trabajo, en este ya pasado marco de feria, y la calidad tanto de texto como de las fotografías, hemos -conseguido de ambos autores el permiso para reproducir en estas páginas cordobesas de EL CORREO una breve antología del mismo. Lástima no poderlo reproducir íntegro, pero son dieciocho páginas y doce fotografías, además de la portada, reproducción a todo color del cuadro "Guerrita", de Inocencio Medina Vera, procedente de la colección particular de don José Valverde Madrid.

EN  BUSCA  DEL   GUERRA
"Fue el Guerra un caso tan singular en la historia taurina, que puede asegurarse que ningún ejemplo como el suyo se da en los dos siglos que tiene de existencia el toreo a pie, porque, a su suprema categoría artística y profesional, unía una personalidad humana realmente extraordinaria, tan extraordinaria, que su figura impar seguía llamando poderosamente la atención cuarenta años después de retirarse de los ruedos".
INGENIO
"Dotado de una inteligencia clara, en poder de unas facultades físicas prodigiosas y con una afición extraordinaria, con catorce años inició Rafael su aprendizaje taurino. Y no se le puede considerar como niño prodigio o precoz, porque su formación fue fue metódica, gradual y completa, sin  prisas y  sin  improvisaciones"

"PAPA DEL TOREO"
"En su tiempo, Rafael mandó indiscutiblemente en el toreo; tanto, que durante esos doce años figuró a la cabeza del escalafón, cobró más que los otros diestros y triunfó sobre todos. Por eso, cuando en la estación cordobesa ocurrió años después un incidente protocolario, porque Guerrita subió al tren para saludar al Rey antes de que lo hiciera el obispo, y como alguien le hiciera notar la incorrección   pudo  decir   Rafael  con  absoluto convencimiento:
—En lo mío, he sío yo er Papa.

HONRADEZ PROFESIONAL
"Su honradez profesional —su vergüenza torera— le llevaron a extremos pocos corrientes, por el celo que siempre tuvo de su arte y de sus facultades. En una plaza pueblerina andaba una tarde peleándose materialmente con un auténtico marrajo, empeñado en salir airoso del trance, a pesar del evidente peligro que corría y sin querer quitárselo de delante de cualquier manera. Un amigo que le seguía, percatado de la arriesgada situación, le dijo junto a un burladero:
—Rafael, mátalo como puedas, que estamos en un pueblo y aquí no te ve nadie.
Y el Guerra replicó, malhumorado:
—¡Pero me veo yo!

TRES  CORRIDAS EN UN DÍA
"No es de extrañar que el Guerra realizara por entonces una hazaña que ni tenía precedente ni ha vuelto a repetirse: torear tres corridas mano a mano el mismo día y en distintos puntos. Por la mañana, en San Fernando; a mediodía, en Jerez, y por la tarde, en Sevilla. Era el 19 de mayo de 1895. (...). Para su hazaña contó, naturalmente, con un tren especial y con tres cuadrillas distintas; los compañeros fueron también distintos. Sólo él fue el mismo, y ni siquiera se cambió de "vestío". Por cierto, que cuando asomó al portón de cuadrillas de la Maestranza, levantado desde el amanecer, con dos corridas despachadas y tras varias horas de tren, le preguntó Antonio Fuentes,  que  compartía el cartel:
—Rafael,  ¿vendrá  osté  cansao?
—Cansaíllo vengo...
—Pues hoy, que le  cojo cansando,  le voy a dar p'al pelo.
Saltó Guerrita:
—¡Hoy me vas a...!
Y como si empezara entonces, banderilleó a sus tres toros y los
mató superiormente".

RETIRO
-"Fue tal su hombría y tan gran de su honestidad profesional, que no quiso dar lugar a que le vieran derribado; y, cuando estaba en el pináculo de su poderío y de su gloria, con treinta y siete años pletóricos de saber y facultades, que le hubieran permitido continuar s triunfos y aumentar sus caudal se retiró.
Se fue sin gestos, sin rebeldía no hubo en la fonda Zaragoza más gesto que el de un hombre que lloraba al abrazar a sus entrañables compañeros de tantas tardes de brega y peligro, mientras comentaba con amargura:
—No me voy de los toros; me echan.

SU   FAMOSO   CLUB
"Cuando se retiró de los ruedos abrió cátedra en el famoso "Club Guerrita", que regentó personalmente durante cuarenta años. Todo el mundo se asomaba a aquel "palco de la calle Gondomar" para admirar la figura, flamenca y señorial a un tiempo, de Rafael allí, sentado como un dios, esperó Guerrita que se le hiciera la justicia que se le había negado en ruedos. Y no fue en balde, porque supo conservar su figura en la calle como había sabido conservar el tipo cuando toreaba".

EL  GUERRA  Y  LA POLÍTICA
"Nunca intervino Guerrita política, pero mantuvo cordial amistad con los prohombres cordobeses de la época, sin distinción de ideas o de partidos, quienes profesaban a Rafael amistosa admiración. A raíz de una sonada intervención parlamentaria de don Antonio Barroso, fue éste por Córdoba y visitó a Guerrita en el club y entusiasmado Rafael con las noticias que daba la prensa sobre actuación del político, le preguntó:
—Don Antonio, ¿qué siente osté cuando se levanta a hablar en Congreso delante de tanta gente entre la pasión de los adversarios políticos?
—Pues,  mira,   Rafael   —contéstó el interpelado—, lo mismo  que tú sentías cuando, en tus tiempos de torero, salías a hacer el paseíllo
—Ya lo sé —saltó el diestro ¡ganas de... (hacer pis)!".

FINAL DE  CALIFA
"El club cerró sus puertas para siempre; las puertas del cementerio de la Salud se abrieron para recibir amorosamente aquel cuerpo que personificó el lema de "genio y figura...". Y allí, a pocos pasos unos de otros —¡última coincidencia! esperan los tres califas del toreo el clarín de los ángeles para asomarse se al portón de la eternidad, entre sedas de nubes y luces de estrellas".

Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 30 de mayo de 1973