Ahora que se cumple aniversario de la muerte de Juan Bernier, he encontrado este artículo de Nieto Cumplido que valora en parte su trabajo como arqueólogo
LA HISTORIA DE CORDOBA Y SUS PROBLEMAS (I)
¿UNIDAD HISTÓRICA?
¿Es Córdoba una unidad inteligible de estudio histórico? La respuesta esta pregunta, que a diferente nivel se formuló a sí mismo Arnold Toynbee, ofrece las perspectivas necesarias no sólo para valorar la investigación hasta ahora realizada sobre el arte y la historia en Córdoba, sino también para • guiar los pasos y balbuceos de futuros estudios.
Según la comprensión que el investigador alcance a tener de los hechos del pasado como- parte de un lugar geográfico o como desarrollo de un todo humano y cultural, en el que nuestra ciudad y provincia no son, sino un eslabón más —el todo lo constituye la. cultura mediterránea y occidental—, en esa misma medida la historia de Córdoba adquiriría un valor univalente y provinciano —localista—, o una proyección iluminadora y complementaria de otra, historia mucho más amplia y más atractiva que la entendida por el mínimamente historiador o erudito local.
En el proceso general de. la historia resulta imposible captar la significación de la conducta de ningún miembro particular sometido a una prueba particular, sin tener en cuenta la conducta semejante o diferente de sus compañeros, y sin considerar las pruebas sucesivas como una serie de acontecimientos en la vida de toda la sociedad. Siguiendo este principio de la Filosofía de la Historia intentaré ofrecer en estos artículos el espectáculo de la historiografía, tanto de indígenas como de extraños, sobre Córdoba en su quehacer histórico y artístico.
EL PANORAMA PREHISTÓRICO
Resultan alarmantes las expresiones usadas por J. Bernier en 1963, al tratar de resumir el panorama actual de la investigación prehistórica: "Áreas enormes de nuestro territorio están sin investigar, precisamente allí donde la investigación es más acuciante por saberse foco, centro de difusión, polo civilizador con influencias universales... Tal es el caso de Andalucía Central, el valle bético desde Asta y el Tartessos inhallable, hasta las sierras metalíferas giennenses, foco, del Iberismo andaluz".
Alcanzando un nivel serio y responsable encontramos el estudio del Valle del Guadajoz, estación paleolítica, de Casas; la publicación en colaboración de Bernier-Fortea sobre las terrazas cuaternarias del Guadalquivir; la arqueología de campo, no de libro o museo, publicada por J. Bernier sobre los yacimientos»; eneolíticos de la Cueva del Cañavérales en Adamuz, de la Cueva de. la Murcielaguina, en Priego, sobre las pinturas prehistóricas de Zuheros, de Chalones, en Priego, y de la Cueva Colorada; la excavación arqueológica de la Cueva de Zuheros, por Muñoz y Ana María Vícent, de la que seguimos esperando aún su publicación, y la "Bibliografía minero-metalúrgica de la provincia de Córdoba", de Rafael Hernando Luna. A todo ello, se puede unir —como aportación de la historia local al panorama prehistórico de Córdoba—, los capítulos de la Historia de Pedroche, de Juan Ocaña Torrejón.
Si a ello unimos los trabajos publicados de González Navarrete sobre el Abrigo de los Órganos en Despeñaperros, y la Cueva de la Diosa Madre, ambas en la provincia de Jaén, los estudios sobre las zonas de Huelva y de Sevilla, la organización tan cuidada de los Museos arqueológicos de Córdoba, Sevilla, Jaén, Linares, Osuna y Antequera, nos encontramos en una situación verdaderamente excepcional para comenzar trabajos de síntesis que con sus hipótesis primerizas y sus balbuceos de principiante tendrían mucho que añadir tanto a manuales como a grandes colecciones de Historia.
Encontramos, sin embargo, grandes lagunas sobre el estudio de las terrazas en busca de material paleolítico; no está completo aún el estudio del musteriense, como se manifiesta en las calizas miocenas del Arroyo Pedroche; echamos de menos la publicación del Catálogo de Cuevas y de la Carta arqueológica de Juan Bernier; está por completar la ubicación de dólmenes y su consiguiente estudio —la cultura dolmenica no es ajena a esta Córdoba llena de sorpresas arqueológicas—, y faltan excavaciones, como la efectúada en Zuheros, en otras cuevas de la provincia, v. gr. la Cueva Negra de Rute.
No se puede olvidar la necesaria colaboración que para gran parte de esta última labor pueden y deben ofrecer los grupos provinciales de espeleología, a los que se les ha llamado "lazarillos" de la Prehistoria”.
MANUEL NIETO CUMPLIDO
Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 11 de mayo de 1972
Foto: La Estela de Ategua, tomada de Celtiberia.net