Segunda entrega de estos apuntes arqueológicos sobre la historia de Córdoba
LA HISTORIA DE CÓRDOBA Y SUS PROBLEMAS (2)
La protohistoria y sus enigmas
"Aquí fuimos tartésicos", ha escrito recientemente un investigador cordobés. Toda nuestra geografía está llena de pistas para el detectivesco trabajo de encontrar a ese huidizo personaje cuyas huellas empiezan en la Biblia. No creo preciso detenerme en justificar el interés del primer milenio antes de Cristo para la cultura occidental.
Para el conocimiento de esta etapa histórica contamos con la excavación de la colina de les Quemados en Córdoba, con su relato inigualable de dos mil años, los que corren desde el siglo X antes de Cristo al siglo X después de Cristo. Ni Sehulten en Doñana, ni Esteve Guerrero en las Mesas de Asta, encontraron ese lenguaje claro y contundente que en esta colina muestra la sucesión cronológica de los pueblos que la habitaron, y que, dirigida por José M. Luzón y Diego Ruiz Mata, de la Universidad de Sevilla, espera los días venturosos de su publicación. Son niveles anteriores a la dominación romana en España, con cerámica griega del siglo IV a. de C, monedas púnicas, cerámica gris y pintada ibérica, y, a seis metros de profundidad, otros niveles que nos llevan al primer período del hierro o aun del bronce final.
El profesor Blanco Frejeiro, de la Universidad de Sevilla, junto con los arqueólogos anteriormente citados, ha estudiado los niveles ofrecidos por las excavaciones de Ategua, en la campiña, que se extienden hasta el 700 a. de C. Juan Bernier ha publicado en Zephyrus el estudio de la estela de estilo del Sureste peninsular aparecida a los pies de Ategua, y otra más hallada en una colección particular en Ecija.
Portea y Bernier, con el padrinazgo de la Universidad de Salamanca, ofrecían hace dos años la publicación de su libro "Recintos y fortificaciones ibéricos en la Bética", que, admitiendo la posibilidad de ciertas correcciones, forma ya el hilo conductor de una ruta fundamental para la historia económica de Tartesos y de la Bética romana desde las minas de Cástulo (Linares) a los puertos mediterráneos del Sur, atravesando la provincia de Córdoba. Ambos arqueólogos estudiaron también fragmentos de lenguaje ibérico-turdetano en la citada revista Zephyrus de Salamanca.
Doumerge ha documentado arqueológicamente la historia de la Minería antigua en las Publicaciones de la Casa Velázquez de Madrid, y se han descubierto en la última década ciudades ibéricas vírgenes, aún por excavar, en la Camorra de Santaella da cuyo cementerio vienen haciéndose últimamente hallazgos sorprendentes, en Castro el Viejo, en Cerro Molinillo, de Baena, y en otros lugares de la campiña.
¿Es mucho lo realizado? Ciertamente. Ningún aspecto de la historia ha avanzado tanto en tan pocos años como lo ha hecho la arqueología prehistórica y protohistórica. Pero es mucho también lo que queda todavía por hacer.
Se impone la sistematización de excavaciones ibéricas: intensificar la localización de fortificaciones y poblados en la sierra de Córdoba, que podrán aportar las diferencias de habitat, de vida, de costumbres y de economía con los de la campiña. Estudiar los restos de la Calaveruela y del Ducado en Fuenteovejuna, a los que se ha acercado últimamente Doumerge con el estudio de la mina de Santa Bárbara, en relación con las influencias célticas; localizar las huellas de la; minería prerromana en la sierra de Córdoba; , continuar la labor emprendida por el seminario "Antonio Carbonell" de la Escuela de Minas de . Bélmez, dirigido por Rafael Hernando Luna, y por el Grupo de Montaña de Doña Mencía, encabezado por César Sánchez.
La misma capital ofrece dentro de su núcleo urbano, en el Campo de la Verdad, la posibilidad, tras la consiguiente excavación, de conseguir el enlace entra la prehistoria y la historia cordobesa. Apenas se ha investigado nada sobre los: aspectos climáticos y geográficos. Un avance de ello lo esperamos de la tesis doctoral de Antonio López Ontiveros, profesor de la Universidad de Murcia. Es muy somero y parcial el conocimiento sobre la red viaria y de las condiciones de-asentamientos de población. Habría que seguir más seria y sistemáticamente las huellas púnicas en las artes industriales, comerciales y mineras. Debería procederse con los elementos actuales a un trabajo de síntesis sobre el primer milenio Trabajo que estaría condicionado a la preparación y publicación de un "corpus" de cultura ibérica.
Estas son las rutas a seguir por la arqueología universitaria superando criterios personales, tergiversaciones improcedentes y competencias de jurisdicciones. Única debe ser la labor y el interés de todos: desvelar los enigmas, que ya son menos. de la protohistoria cordobesa.
Manuel NIETO CUMPLIDO
Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 10 de mayo de 1972