domingo, 7 de octubre de 2012

Entrevista a Falico

En estos días en los que Cosmopoética ha hablado y mucho de Antorcha de Paja, grupo que junto con Cántico, monopoliza la actividad poética de Córdoba en el XX, viene bien esta entrevista con Rafael Álvarez Merlo, el poeta menos conocido quizás del grupo

«ELEGÍA CONTEMPORANEA»,  DE RAFAEL ALVÁREZ MERLO

*En la actualidad no hay poesía en Córdoba
*Alexaindre no es un poeta popular
*La Universidad cordobesa, sin «cultura»


Si cabe hablar de boom contemporáneo de la poesía cordobesa, hay que situarlo unos años atrás, en los inicios de la generación que hoy entra en la madurez. Ahora el boom está frito. Sólo quedan las individualidades de aquel resurgir. Rafael Alvárez Merlo es en la pequeña constelación de poetas nuestros de ahora una luz que mantiene su propia luz. Y su aire. En estos días sale su segunda publicación, «Elegía contemporánea», sobre
la que conversamos con la poesía actualizada por aquello del Nobel.

—Falico, ¿cuál ha sido la idea motriz? de esta «Elegía contemporánea»?
—Simplemente es el resultado de un estado anímico, en un otoño, o, si quieres, una impresión de un otoño.


--¿Y lo que no es?
--Bueno, nunca pretendí hacer literatura con este libro, lo que ocurre es que la pluma se te escapa. He intentado por todos los medios
desliteraturizar, hacer una poesía desnuda, al natural.

—¿Para quién este libro?
--Creo para gente joven, para gente que no lee habitualmente poesía.


—En este libro se ven como dos partes.
--Sí, la primera es de Córdoba, una especie de apuntes urbanos, expresión de los estados anímicos experimentados al visitarlos.


—Pero, oye, ¿se parece esto a lo que hacen los poetas de siempre?
--No, creo que no. Es una geopoética de Córdoba, pero hecha con el corazón. No es un alarde descriptivo, sino que es como un intento de intimidad
colectiva, de expresar unas cosas íntimas que en definitiva todo el mundo piensa.

—¿Y la segunda parte?
—El otoño.


—¿Pero qué es para el poeta el otoño?
—Yo no puedo hablar como poeta, porque niego la literatura como oficio.


--No es ése tu oficio, pero éste ya es tu segundo libro.
— Sí, y porque me lo han pedido. En realidad tengo tres libros entre el primero y éste. Pero están inéditos.


ALEXAINDRE Y EL ELITISMO

—Hablabas antes de un libro de poesía para la gente. ¿Es que la gente no lee poesía?
--Bueno, es que la gente no sabe lo que es poesía; cree que son unas palabras muy bien dichas que no se entienden. Poesía no es lo que nos
enseñan en bachiller, en esas antologías de textos, al menos cuando yo estudiaba. Poesía es otra cosa diferente.

—¿Qué es poesía según tú?
—Es que yo no lo sé realmente. Yo creo que poeta es cualquiera, es una manera de vivir, una forma sana de vivir, de ser uno mismo.


—¿Que Aleixandre sea Nobel supondrá un relanzamiento de la poesía?
—No creo, porque Aleixandie no es un poeta popular, sino más bien difícil de leer, sobre todo cuando al pueblo no se le han dado los medios
necesarios para entender ese tipo de poesía. Volvemos a aquello de la poesía de elitismo. Es como ocurre con el flamenco, que nace del pueblo y después te lo cogen, te lo «culturalizan», se queda para una élite y al pueblo le dan en lata los discos estos de flamenco bochornoso y denigrante.

—Dices «lo cogen». ¿Quiénes lo cogen?
—Los de siempre, hablo del sistema.


—Entre tus dos libros han pasado muchas cosas, unas dentro de ti y otras en tu entorno social. ¿De qué manera han influido?
—Evidentemente las personas evolucionan de una manera u otra. Lo que es bueno es canalizar esa evolución. Otros acontecimientos externos
también te influyen en la manera que el entorno social te arrastra y te influye. Todo cambio socio-político repercute en tu forma de vivir.

—¿De qué forma ha influido en ti?
—No lo sé. Quizá más ayudándome a saber más que las cosas que son las que no son. Influye quizá la edad, la experiencia y sobre todo en saber
el camino que no es, el que no se debe seguir.

POESÍA EN CÓRDOBA

—Falico, en Córdoba, ¿hay poesía ahora, pasó el boom?
—Sí, hace unos años había inquietud; lo malo de las cosas es que convertimos nuestras costumbres en rutina y eso es terrible porque produce
apelmazamiento, el aburguesamiento. En la actualidad creo que no hay poesía en Córdoba, y hablar en estos términos lo considero absurdo. Cabría citar a Antorcha de Paja, que llevan Gàlvez y Amaro, y que es interesante.

—¿Y la Universidad?
—Ahí nada, la Universidad es el centro más alejado de la cultura que bay en la ciudad, entendiendo por cultura otra cosa, claro.


—¿Y hacia dónde va la poesía?
—Hacia la juventud siempre, porque no es cosa de escribir o no escribir, sino de vivir o de no vivir. La poesía es ser joven, y esto no es un estado
temporal, sino un estado mental, El poeta, o el que siente la poesía, siempre es joven, o el que es joven siempre vivirá la poesía.

—¿Qué piensas hacer en el futuro?
—Tengo ganas de escribir, quiero acabar una cosa que voy a publicar ahora en Antorcha de Paja, también una antología. Pero seguiré haciendo
cosas como ahora, cerca de la elegía, sin preocuparme mucho de conceptos estéticos. «Poemas corporales» que es un cántico al cuerpo humano. En prosa tengo unos apuntes para algo de narrativa cuyo título será «Los cuentos del chino (libertario».
E. O.


Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 20 de octubre de 1977