domingo, 7 de junio de 2009

¿Cuanto vale un viaducto?

Algunos fines de semana Antonio Uceda, se ausentaba y me dejaba su columna. He aquí una muestra de aquella "feroz" crítica local



POR SOLEARES
¿CUANTO VALE UN VIADUCTO?

Exactamente no lo sé. Pero a juzgar por las apariencias una ..: cifra que no está al alcance de Córdoba,
¿Cuántas veces se habrá protestado, cuántas veces se habrá escrito y dicho?, y, lo que es peor, ¿cuántas vidas humanas ha cos¬tado ya?
Nos referimos por supuesto al paso a nivel con «guarda barrera” conocido con el nombre de Paso de las Margaritas, y que se
encuentra en la carretera de Trassierra, permitiendo con avaricia un estrecho y peligroso trasiego con esa otra Córdoba de «detrás de la estación” que una urbanización absurda entorpece desde hace años el normal desahogo de la capital.
En esta foto —que no es de oportunidad, sino que se puede hacer a cualquier hora y cualquier día— vemos con la impasibilidad que da la rutina, cómo a pesar de la valla echada pasan con un lógico peligro de sus vidas personas inconscientes de lo que hacen, a fuerza de hacerlo habitualmente. No es que pasen desgracias to¬dos los días, pero «Tanto va el cántaro a la fuente..»
Lo que más indigna tal vez, es el paso de niños que vuelven del colegio ajenos a la realidad de la pereza de los organismos burocráticos. Me entra un escalofrío por la espalda de sólo pensar que un día me llamen para hacer un reportaje de un accidente en este lugar. Porque ese día es posible que algunos de los que trabajamos En la información local, saltáramos de ira y nos fuéramos —con las mangas remangadas— a buscar a las personas concretas de
las que depende un logro de tan poca monta económica como es Éste en la actual conyuntura económica del país.
Basta y de pereza oficial, basta ya de eludir responsabilidades, basta ya de jugar con las personas a las que hay que servir.
Eladio OSUNA

Publicado en El Sol de España, edición de Córdoba el 8 de julio de 1969

Por soleares

Antonio Uceda, delegado del El Sol de España en su edición de Córdoba, mantenía una columna titulada Por Soleares. Veamos una muestra:


La estación de ferrocarriles, sin servicios

La Red Nacional de Ferrocarriles Españoles no, se caracteriza precisamente por la gran puntualidad. Esta característica del transporte férreo obliga a los viajeros a permanecer cierto tiempo en las estaciones, razón lógica para que sus instalaciones estén dotadas de la máxima comodidad posible. Muchas veces esta comodidad está compuesta de pequeñosdetalles. Un banco, una pequeña sombra o una simple expendeduría de tabaco, como sucede en nuestra estación central. El viajero que llega a la estación de Córdoba se encuentra con la imposibilidad material de adquirir un paquete de cigarillos o una caja de cerillas. No hay forma. La Renfe no autoriza ninguna clase de vendedor ambulante dentro de sus instalaciones cosa que nos parece muy bien. Por encima de los trámites burocráticos o los intereses encontrados, ha de estar la comodidad del usuario del servicio, de las personas que lo costean. Esta es una regla fundamental en todo servicio público. Si el costo económico de una mejora no permite su realización, está explicado, aunque no justificado, que dicha mejora no exista, pero cuando se trata de algo tan simple y económico como este puesto de tabaco de la esración de ferrocarril, la cuestión es bien diferente. Ya no hay imposibilidad, costos y todas esas zarandajas que se suelen barajar en estos casos, solamente hay una despreocupación absoluta por el público que paga y que, por concesiones y monopolios, no tiene más remedio que utilizar el servicio.

Antonio UCEDA

Publicado en Sol de España, edición de Córdoba el 11 de julio de 1969