El Garbancito y El Cordobés

Pepe Toscano también era habitual de aquella prensa. Curiosamente los temas taurinos son los más leidos de este blog. Quizás una consecuencia de los buscadores y del interés de los aficionados por el tema

EL GARBANCITO APRENDE DE
EL CORDOBÉS

Así es. Córdoba parece que va a romper su monotonía transitoria aportando a la fiesta de los toros a un nuevo valor, Estamos a la espera de que sus mentores le den el empujón definitivo a fin de poder nuevamente alardear de que la agridulce Córdoba tiene un nuevo fenómeno orbitado en el planeta de los toros.

— ¿Comienzos?

—Llevo ya bastantes temporadas dando vueltas por el difícil terreno, y ya parece que entre el año pasado y esta temporada que estamos viviendo la cosa va resultando.

— ¿Es buena tu edad para comenzar?

—Con mis 18 años y habiendo matado muchos novillos desde que comencé en este difícil camino creo que la edad es la más

—Siendo difícil, ¿por qué has escogido esta profesión?

—Me ha gustado desde que era pequeño. ¡Bueno!, pequeño en edad, porque como verá... no me sobra mucha talla. Mas con una afición de rabia y criado entre vacas, lo anormal seria que no hubiera tomado el camino de la fiesta.


POCA ESTATURA

Hay que hacer constar que Juan A. Cobo «El Garbancito» es un chaval de poca estatura.

— ¿Hay dificultad por ello?

—En absoluto; toreo todo lo que me echan y, por descontado, me vuelco encima de los lomos cuando llega la hora de la verdad.

— ¿Es tan difícil el querer ser?

—Muy difícil, hay gran dificultad para abrirse camino, V, por supuesto, tenemos que dar siempre el paso adelante cuando se está en la cara del toro; por el contrario, cuando se retrocede un poquito, lo ve la afición y el apoderado. Estos parecen que pierden la ilusión cuando lo aprecian.

— ¿Eres de los más protegidos?

—Sí, soy de los novilleros que quizá tenga más ayuda, pero no por ello soy el mejor.

— ¿Lo consideras suerte?

—Tal vez si. Sé que entre la legión de mis paisanos todos ellos son buenos, pero muchas veces es el encajar. Me creo haber encajado para tener el favor que tengo.

— ¿Valor, arte o tremendismo?

—En la fiesta hay que tener las tres cosas, sobre todo valor; luego lo demás se aprende o se coge con las actuaciones.

— ¿Te defines?

—Sí, claro. Soy algo más bajito que todos, pero a medida que lidio voy agrandando en afición y a los aficionados los hago agrandarse conmigo: después, el éxito. Esta creo es mi mejor definición.

— ¿A quién admiras?

—A todo aquel que se ha llevado la «pasta» con sacrificio dignidad y sin tirar las tres cartitas.

— ¿Consideras el dinero en la profesión?

—Cuando se comienza es la afición. Luego son los verdes los que le hacen a uno seguir.


POBRÍSIMO

—Económicamente, ¿eres pobre?

—Pobrísimo, pero de ilusiones soy un firmamento lleno; creo que con la experiencia de mi apoderado, el señor Hernández Magdaleno, voy recorriendo la órbita para ganar el dinero dignamente.

— ¿Influencias de El Cordobés?

—Efectivamente que está influyendo en mi carrera, pero yo pienso que cuando él me enseña, corrige y me suelta algún becerro que otro en «Villalobillos» es porque algo habrá visto.

— ¿No será por simpatía?

—No creo, porque de simpáticos la finca siempre está llena.

— ¿Te gustaría parecerte en el toreo a Benítez?

—En todo, pues más fama que él nadie ha tenido; entre otras cosa, el bienestar. ¿A quién mejor que a él? No es coba, pues todos los aficionados y los que no lo son saben la dimensión en todos los terrenos de este torero.

— ¿Entonces habrá salto de la rana?

—Cuando toreo lo hago, y hasta el propio ex torero, que me ha visto, dice que lo hago mejor que él.

— ¿Muchos contratos?

—Hay en cartera para este mes, aparte de lo que caiga, las fechas del 14, 15, 18, 19, 20, 22 y 23; todos estos días en distintos puntos de nuestra geografía española. Las fechas del 19 y 20, en mi pueblo de Almodóvar del Río (Córdoba).

—Ultima y obligada pregunta. ¿Cómo va la temporada?

—A satisfacción del apoderado y mía; llevo, si mal no recuerdo, unas quince actuaciones, y, sin poner ni quitar, he triunfado en todas.

Juan A. Cobo «El Garbancito», lo mismo que es locuaz, es también un gran muchacho cargado de ilusiones, que á buen seguro las va a lograr; tiene mucha madera. ¡Suerte!


PEPE TOSCANO

Publicado En la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 11 de agosto de 1973
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