Rafael González Barbero dio bastante guerra en su etapa de concejal, de la que próximamente daré cuenta. Pero esta entrevista de 1972, tampoco tiene desperdicio. ¿Todo sigue igual?
LA PLATERÍA, A EXAMEN (y IV)
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BROCHE DE ORO: Entrevista con Rafael González Barbero
Culminamos aquí este primer trabajo sobre la platería cordobesa con la presencia do don Rafael González Barbero, presidente del gremio.
Ha sido mucha la resonancia de esta serie para impedir que volvamos de nuevo a este candente tema más adelante
—Don Rafael G. Barbero, ¿podría resumirnos los problemas que afectan a la industria joyera cordobesa?
—Creo que un primer problema que nos afecta es la rigidez que rodea a la adquisición del oro por parte de los industriales plateros. Piense que los italianos —que dominan el mercado internacional de la joyería— venden las piezas al peso. Nosotros no podemos hacerlo así. A nosotros nos interesaría poder comprarlo como ellos, en las bolsas internacionales, y poder beneficiarnos así de las coyunturas de precios, y no depender, por tanto, del Instituto Nacional de Moneda Extranjera, que es el que nos suministra la materia prima.
Por otra parte, convendría la disminución del impuesto de lujo. Para Seguir con el ejemplo de Italia, diremos que allí es del 4 por 100, mientras que en nuestro país es del 22 por 100. No hay que olvidar aquí esa exportación invisible que es el turismo. Exportación que se nos escapa. Italia nos gana a precios. Para citar otro problema más: nos afecta la falta de industrialización. En Italia son frecuentes los talleres de 2.000 operarios, cifra que, como usted verá, estamos muy lejos de conseguir en nuestra ciudad.
—Se ha hablado del problema da los talleres «piratas». ¿Cómo opina usted que afecta a la industria?
—Partimos de la base que los Impuestos encarecen bastante la producción joyera. Si a eso añadimos que existe una gran cantidad de talleres ilegales que, por ser clandestinos, no sufren presiones fiscales ni las cargas de los seguros sociales, resulta que sus precios siempre serán más bajos, en una competencia bastante desleal. Por otra parte, al ser su producción ilegal, resulta que los impuestos se reparten entre los que estamos dentro de la ley, y tocamos a más. Así, no interesa estar legalizado.
—Pero, ¿es que nosotros podemos competir con Italia a la hora de exportar?
—Mire: nuestros canales de comercialización hacia el exterior han estado cerrados durante muchos años, lo mismo que el resto de la industria. Haría falta un primer esfuerzo por atraerlos. Pero considere que el italiano fabrica mecánicamente. Le falta el acabar las piezas, la inspiración, el arte. Eso sí lo tenemos nosotros, y es una baza muy interesante.
—Dentro del mercado nacional, ¿en qué situación estamos?
—Valencia y Barcelona se han movido más que nosotros, han concurrido a más ferias, han tenido mayor mentalidad empresarial. Nosotros nos hemos movido poco, hemos permanecido aislados. Creo que vamos retrasados respecto a ellos.
—¿Por qué han estado tan desunidos los industriales plateros cordobeses?
—No estoy de acuerdo con esa afirmación suya. Piense que Córdoba es la única capital que hay en España con una tradición tan interesante, que ha cuajado en tres instituciones únicas en el país: El gremio, que, encuadrado dentro del Sindicato del Metal, tiene carácter autónomo e Incluso fondos propios. La Cooperativa, que permite aumentar las facilidades en la adquisición del oro, y, por último, la Sociedad de Socorros Mutuos, que anterior a la Seguridad Social, ha cumplido los 100 años de existencia, y que se encarga de atender a los trabajadores.
—Da cara al futuro, ¿qué medidas considera usted necesarias para resolver la actual crisis de la platería cordobesa?
—Una medida urgente es que se tomen medidas para impedir la entrada ilegal de artículos joyeros de otros países. Por otra parte, se impone abrirnos a la exportación. Italia exportó el año pasado cerca de 300 toneladas de oro en joya. Nosotros no pasamos de las 30. Esta necesidad de exportar se aumenta con la realidad de un mercado nacional saturado, y con una competencia interior bastante considerable. La presión fiscal es otro de los capítulos que, deberían ser reformados, atendiendo su gran presión.
—¿Ha tenido alguna influencia positiva el Polo de Desarrollo de Córdoba en el despegue de la industria platera?
—Muy poco. O, al menos, no el deseado. Que yo sepa, se ha montado una planta de orfebrería. Y nada más.
—Por último, ¿es optimista el futuro?
—Si. La platería cordobesa ha atravesado momentos de crisis peores que el actual. Quizá la estabilización actual ha hecho espectacular la caída de muchos, sobre todo las industrias pequeñas sin reservas o con las reservas mal invertidas. Sin embargo, creo que el futuro será bueno si sabemos conseguir que nuestros industriales plateros sepan convertirse en buenos comerciantes, como lo son a la hora de la fabricación.
Eladio Osuna
Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 11 de febrero de 1972
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