Sr. director: Me permito enviarle estas líneas para poder replicar a las alusiones personales que se vierten en la información publicada el pasado día 11 de febrero, en la página 12, firmadas por el señor «E».
Si en el relativo concepto de «derecha» política se incluye la confesionalidad católica, el respeto, y amor al prójimo, el sincero deseo de la implantación de una verdadera justicia social, el respeto, la veneración y el amor entrañable y sin límites a cuanto significa España en su Unidad, su Grandeza y su Libertad, en su Historia, su presente y su Futuro, no abjuro de la derecha», ni de los ideales del actual Estado español.
Por supuesto, que rechazo las connotaciones de egoísmo, intransigencia, inmovilismo, autoritarismo, insolidaridad, etc., con las que se ha querido calificar a una «derecha histórica», que si feneció, bien fenecida está, y que si no feneció, desde luego no puede contarme entre sus adeptos.
Respecto al parangón que el señor «E» establece entre mi querido compañero el profesor Medina y yo, no entiendo bien las razones por las que lo sitúa en el «centro» y por tanto a mi «izquierda» dada la relatividad de las posiciones. Durante nuestro Alzamiento Nacional, por razón de edad yo me quedé en falangista de filas y él tuvo el honor de llegar a ser alférez provisional. En la participación política bajo el mandato de nuestro Caudillo, generalísimo Franco, en unión de otros amigos y. compañeros, conocedores de su valía, pudimos animarlo para que presentase su candidatura a diputado provincial. Dadas sus excepcionales cualidades, desarrolló tan meritoria labor durante aquel periodo de la etapa franquista, que ahora se le ha nombrado diputado de honor y medalla de plata de la provincia.
En cuanto a mí, es cierto que he sido de los primeros en atender la llamada que inicialmente hiciera el Gobierno de la nación de que los españoles asumiésemos el protagonismo político que los tiempos que vivimos exigen y que el pueblo español refrendó con contundente mayoría el pasado día 15 de diciembre. Es cierto que invité a miles de mis conciudadanos y comprovincianos a que se adscribiesen a la opción política que ofrece U.D.P.E. y ahora A.P. Y aprovecho su generosidad para repetir desde estas líneas esa invitación a todos los que sientan la necesidad de construir una España en la que podamos vivir en paz, orden y progreso, respetándonos mutuamente todos los españoles.
Puedo afirmar categóricamente que es absolutamente falsa la información que le han suministrado al Sr. «E» y que él y su periódico difunden, de que «la actividad docente del señor Castejón se ha visto - alterada en numerosas ocasiones por sentadas y manifestaciones de sus alumnos».
En cuanto al tema de los P.N.N. de E.G.B. el señor «E» afirma, que su «tratamiento ha sido, cuando menos, falto de visión negociadora». Yo replico que la negociación puede llevarse hasta el límite en que pueda producirse el atropello de los mejores derechos de terceras personas, como éste era el caso.
Por otra parte, ante la reunión de numerarios que me fue solicitada y tuvimos el 29-X-1976, en carta dirigida a todos los profesores y estudiantes universitarios cordobeses el 3-X1-76 y en las reuniones que a puerta abierta estoy manteniendo en estos días en todos los centros universitarios del distrito, se tratan exhaustivamente esos temas y presento documentación que avala la corrección de mi actuación y que pongo a disposición del señor «E» y de usted mismo, señor director, a quien me ofrezco atentamente en cuanto pueda redundar en servicio de España y de su Universidad
.—Profesor Dr. Francisco J. Castejón Calderón.
Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 24 de febrero de 1977
Fotografía tomada de Cordobapedia
2 comentarios:
Texto de estilo impensable hoy día. No obstante hay un "estado español", puyazo a colega universitario recordándole de donde provenían los centristas y, entre otras, un categórico desmentido al "señor E".
Hay que agradecer, yo lo haría, el tono respetuoso y constructivo dentro de una construcción lógica y sintáctica, que no son actualmente muy del uso corriente. Recordar aquella época en sus textos me parece un ejercicio positivo y entrañable.
Efectivamente amigo Martí el estilo nos retrotrae claramente a otra época, y corresponde claramente a una respuesta ante la sorpresa de que se pudiera hacer una información distinta a la que era habitual.
Estoy contigo que el repasar las hemerotecas es un grato ejercicio que ahonda en las raices de nuestros comportamientos a lo largo de estos años. Gracias por tu atención
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