Por si alguien no lo recuerda en Córdoba hubo dos intentos serios de hacer una semana de cine. En esta edición Herminio Trigo nos cuenta las dificultades organizativas: Atención junto a problemas de censura están los problemas de paro, presupuestos sin aprobar, inflación... Como se ve nada nuevo bajo el sol
LOS ORGANISMOS LOCALES SE INHIBEN
Inigualable ocasión de promocionar Córdoba
Cuarenta películas de vanguardia en una semana Las exhibidoras exigen un millón por adelantado
La I Semana Internacional de Cine de Córdoba está en el aire. Lo que puede ser el mayor intento de promoción cultural de la ciudad, y la mayor proyección en los medios de comunicación de los últimos tiempos, depende de un problema económico en el que los organismos públicos ciudadanos están, descaradamente, escurriendo el bulto. Herminio Trigo, secretario de la Semana, nos responde al filo de la última reunión preparatoria.
— ¿Cuál es la finalidad de esta Semana?
—Fundamentalmente ofrecer a Córdoba, dentro del abanico de posibilidades de festivales que hay en España, una primicia de lo que hoy día se está haciendo en cine en el mundo entero. Para ello contamos con películas de vanguardia que no se han exhibido en España; que aún no están comercializadas, además de otro tipo de películas de índole retrospectiva.
— ¿Tiene alguna relación esta Semana con la celebrada el año anterior?
—Sí y no. El permiso pedido para una semana internacional de cine; no renunciamos al histórico, pues sigue dentro del festival Lo que ocurre es que la entidad patrocinadora del año pasado, Sindicato del Espectáculo, ha desaparecido por lo que ha hecho falta dar una imagen nueva.
—Hablemos ahora de patrocinio, que es donde parece están las dificultades.
—Ciertamente, así es. Este año el Monte de Piedad lo ha promovido como entidad jurídica y ha hecho una importante aportación para la puesta en marcha del festival, que si bien no cubre nada más que el diez por ciento del presupuesto total, nos ha permitido llegar hasta aquí. Queda por ver la cuestión de las salas de proyección y el capítulo de invitados.
SALAS: PRIMERO, COBRAR
—Las salas de proyección parece que no han facilitado la cosa.
—Sí, la experiencia del año pasado, que fue un fracaso económico debido quizás a un defecto de organización que impidió calase en el pueblo la semana de cine histórico, ha despertado un recelo en los exhibidores y ven con miedo el festival. Así que se curan en salud y piden por adelantado unas cuotas muy elevadas que el festival no puede satisfacer a priori.
— ¿Y los organismos oficiales?
—Los organismos oficiales han escurrido el hombro. El momento político actual no es el más adecuado, los presupuestos están sin aprobar» y los problemas acuciantes de desempleo, inflación, parece que impiden hablar de cultura. Los organismos oficiales por tanto no han podido hacer nada. Quiero pensar que es así.
— ¿Qué línea va a tener esta semana?
—Va a tener una línea de cine moderno, de vanguardia, no por ello complicado. Van a ser películas que van a impactar, por ejemplo las iberoamericanas están hechas por directores jóvenes con la cámara al hombro. En fin, hay cuarenta títulos y su relación aquí es casi exhaustiva.
— ¿Qué película va a costar más trabajo traer?
—«Salou», de Passolini.
— ¿La más interesante desde el punto de vista revolucionario?
—Muchas, yo diría que «La batalla de Chile» y «La Espiral».
— ¿Alguna con problema de censura todavía?
—Precisamente «Salou», de Passolini, está pendiente de censura. Esperemos que como la censura va a desaparecer en breve, pase sin dificultad.
—He oído que viene una de polisario.
—Sí, se va a traer una película rodada por el Frente Polisario y que esperamos sea interesante porque analiza la dominación del Gobierno español en Sahara.
ACTIVIDADES PARALELAS
—Los días del festival son 22-29 de octubre. ¿Horas y lugares?
—En principio esperamos sean 6,8 y 10,30, en sesiones de películas distintas. Los lugares serán Isabel la Católica y Gran Teatro. Pero también estamos buscando locales donde poder ofrecer películas a precios módicos.
— ¿Hay previstas actividades paralelas a las proyecciones?
—Sí, están previstas unas conversaciones de cine, con conferenciantes confirmados, como Florentino Soria, director de la Filmoteca Nacional; Noberto Colber, director de «Reseña»; Luis Gómez Mesa, crítico de cine que presenta en Córdoba un libro suyo, aparte de Caparros, que también va a dar una conferencia.
—Dentro del capítulo de visitas, ¿cuáles son las más significativas que esperáis?
—Bueno, siempre en esto hay promesas que después no se pueden cumplir por rodajes imprevistos. Tiene anunciada su visita por ejemplo Carlos Saura, Patiño, Juan Antonio Bardem, Patricio Guzmán, Antonio Cieza, esto en cuanto a directores. En cuanto a críticos, pues Alfonso Sánchez, viene también un equipo de RTVE, críticos de la prensa de Madrid... en fin. Y actores pues Geraldine Chaplin ..
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Hasta aquí lo que puede ser una hermosa realidad tanto para los cinéfilos como para la cultura cordobesa. Lo que puede constituir también una desusada promoción de nuestro maltrecho turismo local. Los organismos públicos, escudados en sus propias redes políticas se inhiben. ¿Seremos los cordobeses capaces de sacar adelante nuestra propia semana de cine y sus consecuencias? Sólo la afluencia masiva á las cuarenta películas programadas pueden lograrlo. El reto está echado.
E. O.
Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 14 de octubre de 1977
4 comentarios:
Teneis que luchar por conseguir esa semana de cine, nosotros en Málaga tambièn en los comienzos fueron difìciles, tenemos el festival de cine español y cada año funciona mejor y se ven producciones muy buenas, españolas como americanas. Y es una semana grande para la ciudad.
un abrazo
fus
Aquellas jornadas de cine se hicieron sobre la base de un cine "reivindicativo"- Geraldine Chaplin, si vino, era entonces la pareja de Patricio Guzmán- sin publicidad apenas y de espaldas al público de Córdoba. No tuvo la menor infraestructura "profesional" y, claro está, duró nada y menos.
Recuerdo Marti, que había mucho voluntarismo. A mi me tocó ir a recibir a Patricio Guzman junto con Paco González y nuestra respectivas novias. Venía en el Talgo de la tarde y no lo conocíamos, solo teníamos una borrosa fotocopia de una borrosa foto de periódico. Así que foto en manos, como dos terrorificos policias políticos,-creo recordar que los teníamos bigote y llevábamos gabardina porque estaba lloviznando- íbamos mirando a los que se bajaban del tren, y allá en el paso que había debajo de las vías, creímos localizarlo. Cuando le preguntamos los dos:
-¿Patricio Guzmán?
Pues el interesado levantó las dos manos. Se nos entregaba.
Creo que la anécdota es reveladora y confirma lo que comentas.
Saludos
Anécdota más que reveladora. Por cierto, estremecedora aquella "Batalla de Chile" de Guzmán que recoge, entre otras, la muerte del fotógrafo que retrata a quien le dispara en el momento de hacerlo. Terrible
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