miércoles, 26 de enero de 2011

Central Telefónica Villa Azul

A María José Córdoba, redactora de La Voz de Andalucía y colaboradora de El Correo, le llamaba cariñosamente Antonio Uceda, "La Hacha". Y he encontrado este "hachazo -estamos en 1972- que seguro será incomprensible para la mayoría de los lectores de 30 años para abajo

De alardes y promesas incumplidas

LOS ABONADOS DE LA SIERRA AUN NO TIENEN CENTRAL AUTOMÁTICA
Podría pasarme la vida diciendo que todo es hermoso, porque aquí —creo haberlo dicho antes— las verdades escuecen tanto como el alcohol en la herida fresca. Pero, no; no lo hago porque no sería lícito ni justo. Además, para ese menester ya contamos con grandes especialistas, que diariamente nos quieren convencer de que efectivamente, todo es hermoso. Se empeñan y luchan para que todos miremos por su cristal de color de rosa y si miras verás un letrero grande y sonrosado donde se lee: "No pasa nada, todo va bien". Pero ya me estoy saliendo de madre, cuando en realidad lo único que pretendo es poner sobre el tapete un problema que desde años —no sé cuántos— venimos soportando con ejemplar resignación un buen número de cordobeses. Y el problema hubiera podido seguir ahí agazapadito sin que nadie le echara cuenta sino es porque en mis vacaciones me tropecé con la siguiente noticia: "La Telefónica tiene en estudio, la implantación en un futuro próximo de teléfonos en los automóviles. Asimismo, se halla en estudio la instalación de teléfonos en los trenes y de un microsupletorio adosado a los aparatos telefónicos que permitirá tener las manos libres mientras se hable por teléfono". Hasta aquí la noticia publicada a bombo y platillo en toda la prensa nacional. Me parece bien que la Telefónica lleve sus progresos a la práctica en bien de sus abonados, lo que no me parece tan bien es que acometa nuevas empresas sin dar solución a los problemas que tiene planteados y que desde Dios sabe cuándo, aguardan una solución.


Hace más de un año, todos los abonados de la central telefónica^ de Villa Azul fueron informados de que para este 71 se verían liberados de las múltiples molestias que ocasiona el depender de una centralita como la existente. Una centralita de postguerra, para una emergencia o poco más, pero no para lo que se está utilizando. Se habló de un nuevo edificio donde iría la nueva central automática y en ese júbilo, todos los abonados de la sierra hasta vieron con gusto la nueva tarifa implantada por la Telefónica. El tiempo pasa, se crean urbanizaciones y a la hora de solicitar un teléfono, teléfono que es imprescindible al estar la zona distante de la capital, el no es rotundo y sin esperanza. ¿Hasta cuándo? La pregunta queda en el aire. Se me ocurre indagar y mi gozo al pozo, porque de la nueva y prometida nueva central automática para los abonados de la sierra, no hay nada de nada. Ni siquiera los cimientos. Los afortunados que en su día pudieron lograr que en su casa le fuera instalado un teléfono lo miman y cuidan como un tesoro. De un tesoro que por otro lado da más berrinches que satisfacciones, pero algo es algo. Es curioso, pero ocurre que si usted quiere llamar a la capital, no podrá hacerlo cuando lo necesite o apetezca, tendrá siempre que ser cuando haya línea y no siempre hay. Milagro será también que una vez entablada comunicación ésta no se corte y en cuanto a las conferencias, mejor es no decir nada. Los reproches, las voces, los malos modos van siempre a parar a los sufridos oídos de las señoritas que atienden dicha central cuando en realidad ellas no hacen otra cosa que cumplir con su misión de la mejor manera. Ellas no tienen la culpa de tener que manejar una central tan desfasada. Yo la he visitado y quedé -sorprendida del milagro que allí se hace con un artefacto así, digno de figurar en el museo de antigüedades de la Compañía Telefónica Nacional de España. Pero la vida sigue y mientras nos aguantemos con lo que nos dan... Sí, me ha molestado esa noticia de la Telefónica en la que más arriba hago referencia y me ha molestado porque no es justo ni sensato ir por ahí haciendo alardes, cuando se tienen en el saco promesas incumplidas.


¡Ya está bien, señores de la Telefónica! Menos novedades y a poner al día algo tan necesario como la central de Villa Azul. Son miles las personas que se sienten perjudicadas y que piden con todo derecho una solución urgente, definitiva y eficaz.


Si se me recibe, prometo un diálogo con el director de la Compañía Telefónica en Córdoba. Él mejor que nadie sabrá el por qué de la promesa no cumplida a los abonados de la sierra. Habrá que preguntar para saber, qué ya va siendo hora de una respuesta.

MARÍA JOSÉ CÓRDOBA

Publicado en la edición cordobesa del El Correo de Andalucía el 14 de octubre de 1972
Dibujo tomado de 

8 comentarios:

Senior Citizen dijo...

Veo que al final no ha utilizado mi foto, sino ese dibujo que no es mío, por cierto, sino de los que andan por la Red y no se sabe quien es el autor.

Por otra parte, interesante recuerdo. ¿Llegaron a tener central automática esos vecinos? Porque podría ser que pasaran directamente desde esa situación al satélite. Cosas así ocurren en nuestra Andalucía.

Paco Muñoz dijo...

Eladio

Yo no se si la centralita estaba en un chalet que luego tuvo una especie de bar, tipo peña o asociación cultural, esto ya sería por los ochenta.

Eladio Osuna dijo...

Si Paco, he tratado de encontrar una foto que vi no sé dónde pero no lo encuentro. Por cierto ¿sabe alguién cómo se entra ahora en el archivo fotográfico del ayuntamiento?

Paco Muñoz dijo...

Eladio te contesté y te daba una dirección de entrada al Archivo y no salió el comentario. Decía que mi hijo actuó allí en cierta ocasión cuando era asociación cultural, en una lectura de poemas de Lorca, y el responsable era Mariscal el diputado actual de Cultura de la Diputación.
Entrada fototeca

PD. el no salir será por mi torpeza seguramente.

Eladio Osuna dijo...

Gracias Paco. Efectivamente la entrada funciona pero no me sale nada de Villa Azul. Quizás ví esa foto en otro sitio. Pero lo cierto es que no consigo localizarla.
Recuerdo que las telefonistas eran de mi pueblo y si recuerdo que era un chalecito. Por aquella época creo que había otra centralita en Fray Albino y por supuesto en casi todos los pueblos.
Y no olvidemos que la central de las Tendillas funcionaba como locutorio público, y allí acudía también el personal a atender aquellas llamadas de aviso telefónico para conferencias a una hora determinada. En fin, historia, increíble pero historia. Quizás te animas y haces un post sobre esa central de las Tendillas, seguro que recordaríamos muchas cosas.

Paco Muñoz dijo...

Quien construyó ese edificio por lo menos en la parte escayola, creo que se llamaba Morita y fue el compañero de correrías flamencas de mi abuelo Rafael, el barbero, claro todos desaparecidos. Siempre en la familia lo decían cuando hablaban del abuelo. Fueron los individuos que más veces se fueron de juerga a Sevilla.

Anónimo dijo...

Centralitas,también recuerdo las de los dos casinos,Labradores y Mercatil, con señoritas
muy simpáticas.Recuerdo de oir
a los mayores que no podían moverse,porque esperaban conferencia.
Recuerdo a mi tio inquieto,acercadose a la
sta.de la centralita,preguntándole cada cuarto de hora por una conferencia que esperaba de Madrid.
Cuando se recibía la ansiada conferencia,un botones con una pizarra en un palo largo
recorría los salones,con el nombre de la
persona que esperaba la comunicación.
Era normal que los señores gastaran bromas,verbales,pero con clase
a las señoritas de la centralita.
Saludos.

Eladio Osuna dijo...

Puestos a rercordar, Ben, recuerdo a mi padre, que era agente comercial, en un momento de temporal por la zona de Valencia, de donde era representaba una casa comercial, estar tres días esperando una conferencia. Cada hora o así, como león enjaulado, llamaba desde nuestro teléfono que era el 6369, y decir "Señorita, tiene mucha demora mi conferencia con Valencia.
Al mismo tiempo ¿no recordáis que Telefónica fue la primera empresa en implantar la llamada semana inglesa? Creo recordar que era sábado libre para sus empleados.