lunes, 31 de agosto de 2009

Tren de Cerro Muriano

EN LA MUERTE DE UN TREN

Requiem por la zona norte

TREINTA MIL HABITANTES NO PODRAN SACAR BILLETE RENFE
Cerro Muriano, Ovejo, El Vacar, Alhondiguilla, Espiel, Belmez, Peñarroya - Pueblonuevo, Valsequillo, Villanueva del Rey, La Granjuela y Almorchón, con una entidad de población de cerca de 40.000 habitantes, se han quedado sin el transporte de viajeros por ferrocarril. A la crítica situación de esta zo­na de Sierra Morena-, se ha venido a añadir un problema más en una decisión económica adoptada por una empresa que participa del presupuesto nacional.
UNA REALIDAD Y UNA ¿SOLUCIÓN?
Los trenes suprimidos que hacían el re­corrido de la zona —algo más de cien kilóme­tros sierra arriba— en cerca de cinco horas, han sido una línea de ferrobús (ida y vuel­ta), y un tren «convencional» (ida y vuelta también). En su lugar se ha previsto cubrir el servicio por empresas privadas de trans­porte por autocar (¿aquí no hay canon de coincidencia?) que ajustarán sus horarios —probablemente— al anterior de ambos tre­nes suprimidos, ya que eran empresas que hacían casi los mismos pueblos' por carre­tera.
Precisamente, al llegar al transporte por carretera de la zona, hay que hacer una acla­ración: en un principio se pensó por parte oficial que la autopista Madrid-Cádiz pasaría por esta zona —justo junto a Fuenteobejuna—, revitalizándola así, y logrando unos ac­cesos a la ciudad, que por ser accesos a au­topista, habrían de tener la misma categoría en su trazado, cortando así esta zona, como nunca se hará, probablemente.
Porque la carretera de la sierra es epopéyica. Don Pascual Calderón —ex presidente de la Diputación y actual gobernador de Jaén— decía a propósito de las vías cordo­besas: «El problema más grave es el de la carretera 432 —Badajoz-Granada—, que atra­viesa toda la provincia de Córdoba de Oeste a Este, y que se encuentra francamente mal, siendo la vía de penetración desde Portugal». Más adelante añadía: «Nos preocupa grande­mente el trazado de la nueva autopista dé Madrid, ya que existen noticias contradicto­rias, y su traza podría influir en un enrique­cimiento de la zona de la sierra de Córdoba, la más pobre y la más necesitada de comu­nicaciones, que permitirían una explotación racional de las inmensas riquezas mineras que existen en su subsuelo».
Sin autopista —porque ya parece que se ha despejado la incógnita: la autopista se­guirá buscando Despeñaperros—; con una carretera calificada por un político en el poder como «francamente mala»; sin trans­porte por ferrocarril, la zona presenta un planteamiento francamente oscuro e incierto en cuanto a transportes y comunicaciones se refiere.
La capacidad de los trenes es estimada por Solano en unas cuatrocientas plazas dia­rias. ¿Cubrirán este potencial de transportes las empresas privadas?
DATOS PARA UN ESCALOFRÍO
Para muestra, un botón, dice el pueblo; para ser objetivos, las cifras y las estadísti­cas., que dicen los tecnócratas: Peñarroya-Pueblonuevo, uno de los pueblos afectados, tenía en el período de su esplendor minero cerca de 30.000 habitantes —fuente, un estu­dioso de la zona, Eduardo Berrenechea—, en la actualidad apenas si quedan 15.000.
Otros datos: el 54 por ciento de la pobla­ción de la zona no tiene abastecimiento de agua; el 11,5 por ciento tiene mercado de abastos en estado deficiente o malo; el 30,8 por ciento no tiene; el 42 por ciento no tiene matadero, etc.


Ante este panorama, es lógico que la po­blación emigre, que sobrecargue las grandes poblaciones, mientras se queda una zona des­poblada. La desaparición del ferrocarril Córdoba-Almorchón es un factor más de inco­modidad manifiesta del sector.
Las perspectivas en este terreno son oscu­ras: los cocientes de inversión pública en transportes son en Córdoba más bajos que todos los de Andalucía Occidental—0,40 fren­te a 1,50, Cádiz; 0,63, Huelva; 0,72, Sevilla—. La fuente no ofrece duda, pues se trata la monografía Desarrollo Regional del III Plan de Desarrollo».
POESÍA Y TURISMO
Ricardo Molina decía de la sierra de Cór­doba que «allí está el descanso, allí la restau­radora paz, allí la soledad reposante, allí el calmo paisaje verde y la vida sencilla». Y, efectivamente, así lo han entendido multitud de cordobeses que en la zona de Cerro Muriano —una de las afectadas— han construi­do multitud de chalets. Incluso las inmobi­liarias —tan reacias ellas en esta ciudad— han realizado diversas urbanizaciones que se venden bien. Negar, que la carencia de ferro­carril será elemento negativo, en ese factor esperanzado de la economía de la zona, es negar la evidencia.
Sus posibilidades mineras junto a este factor turismo —por recordar, recordamos hasta al alcalde de Bélmez— son, indudable­mente, grandes; tanto, que el Plan Nacional de Minería se interesa vivamente por la zona.
LA RESPUESTA OFICIAL
El Instituto de Reforma y Desarrollo agrario (IRYDA) marcó en su día la respues­ta oficial a una zona muy prometedora en ganadería. Junto a un objetivo claro de «me-jora de la infraestructura viaria», que, posi­blemente, afecte a la línea de ferrocarril, una de las más duras de España por sus pendientes, hay que contabilizar la «tira» de millones. Citamos: «la inversión total pre­vista en obras de infraestructura, equipa­miento urbano y auxilios a las explotaciones, se estima en 2.744,6 millones de pesetas».
Las preguntas que surgen son evidentes: este cúmulo de millones y todo el movimien­to que significan, ¿no son una garantía de rentabilidad en transporte de viajeros? Una empresa monopolística como es RENFE, ¿só­lo se rige por criterios económicos? ¿Dónde se quedan las necesidades humanas de trans­porte, el sentido de servicio público?
Aparte de los boletines oficiales, que na­die lee, sino el experto, ¿se ha montado una ineludible campaña de información pública y polémica que asegurara una resolución justa?
Mucha más leña se podía echar, a este tren que se pierde. Muchas más preguntas se podrían formular al amparó de lo que puede considerarse un «desliz empresarial». Dejé­moslo sólo en un réquiem con posibilidad de resurrección gloriosa.
E.O.
Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía, el 4 de abril de 1974
Foto de La Balazona, tomada de Internet