martes, 18 de agosto de 2015

La Constitución en la Transición (II)

 Siguiendo este curioso ciclo de conferencias en plena Transición, le toca hoy a Ceferino Maestu. Una vez más, implacable el paso del tiempo por la hemeroteca

Comenzó el ciclo sobre la Constitución organizado por Hermandades
«La CTI, contraria al pacto social»
•«Los sindicatos de partido son amarillos» (Ceferino Maestu)


Dentro del ciclo de conferencias sobre la Constitución organizado por las Hermandades de Trabajo con la colaboración de la Obra Cultural del Monte de Piedad, intervino Ceferino Maestu Barrio, secretarlo general de la Confederación de Trabajadores Independientes, quien desarrolló el tema «Los trabajadores y la Constitución». El contenido de la misma nos la resumió poco antes de comenzar:

—Más que un juicio crítico de la Constitución desde el punto de vista de los trabajadores, ha sido una exposición del proceso constitucional, del movimiento obrero, de la legalización de los sindicatos obreros, el panorama del futuro del sindicalismo español en el marco de esta Constitución. Dentro de esta realidad constitucional analizó la evolución del sindicalismo español desde la destrucción de la organización sindical la aparición y confirmación de un sindicalismo apartidista frente a un sindicalismo de clase; un sindicalismo partidista que cada vez parece más la sombra dé los cuatro partidos mayoritaritos del parlamento español, y, finalmente, un análisis de ese futuro preocupante que representan las mayorías de trabajadores que no están en ningún sindicato de partido y que tienen necesidades de defender sus derechos aunque en la actualidad no están organizados.

NO AL PACTO SOCIAL

—En este sentido ¿qué aporta la Confederación de Trabajadores Independientes?
—Yo no he venido aquí a hablar de la Confederación sino dé la visión de los trabajadores independientes, ofrece un sindicalismo de clase, no de partido, abierto a las aspiraciones unitarias de los trabajadores no al divisionismo; un sindicalismo que se adapta a las expectativas y esperanzas de la mayoría de los trabajadores que no quieren mezclar lo laboral con la política de los partidos.

—De cara al pacto que se planea en estos días ¿cómo ve la ausencia de gran parte de sindicalismos no partidistas?
—Nosotros como trabajadores no supeditados a los condicionamientos de ningún partido político, no estamos por el pacto social. Creemos que el Gobierno debe tomar una serie de medidas, pero es absurdo pedir a los trabajadores, que van á ser los más perjudicados, que se comprometan y sean cómplices de esas medidas de política económicas. Es absurdo que esas centrales cuya finalidad es defender a los trabajadores se hagan cómplices del perjuicio y daño a ellos.

—Frente a estos pactos ¿cuál es entonces la alternativa?
—Defenderse como gato panza arriba, porque cuando a una persona intentan quitarle lo que tiene y lo que necesita, lo que tiene que hacer es defenderse como pueda.

—¿No hay límites a estas aspiraciones?
—En un sistema capitalista de empresa el límite no existe. Los trabajadores tienen que pedir cada vez más con menos obligaciones porque este es un principio económico que se le está enseñando desde el prisma empresarial. El empresario pretende obtener el máximo de beneficio con el mínimo de inversión, es lógico y normal que el trabajador responda de la misma manera

SINDICATOS AMARILLOS

—Señor Maestu por ahí se confunden sindicato «independiente» con sindicato «amarillo».
—Históricamente «amarillas» son todas las organizaciones que no dependen de sus propios afiliados, que no son autónoma respecto de otros poderes, grupos o sectores. Entonces cuando un sindicato depende de un partido político, es «amarillo», cuando depende de la Iglesia es «amarillo», igual que si depende de los patronos o del mismo Estado. En los independientes es posible que existan grupos y sectores que sean «amarillos» pero lo que también es cierto es que entre los independientes hay una inmensa mayoría de trabajadores y de organizaciones que son auténticamente independientes, que no dependen nada más que de sus propios afiliados y que por tanto no pueden ser considerados «amarillos» y que son instrumento de defensa de los legítimos intereses de los trabajadores.
E. OSUNA

Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía  el VIERNES, 24-XI-1978
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