viernes, 4 de junio de 2010

Charlatanes 1969

Charlatanes 1969

En la geografía urbana de otros años era frecuente ver a los conocidos charlatanes, que tomando como base unos productos baratos y de buena presencia, y fundamentalmente su rara habilidad para hablar vendiendo duros a seis pesetas realizaban sus campañas por todas las ciudades del país.
Hoy la cosa ha cambiado bastante pero no podernos decir que esta institución comercial haya desaparecido.
La evolución que han sufrido todas las estructuras de venta les ha afectado profundamente haciendo que se auto-superen y busquen unos métodos, competitivos con cualquier galería comercial de la ciudad.
Esa nueva táctica que han adoptado consiste esencialmente en presentar unos productos -generalmente en exclusiva— y que son terriblemente prácticos. Tanto, que se vende como rosquillas y a todo tipo de personas.
No está lejana la campaña de adornos prefabricados y que evitan el enojoso mecanismo de tener que doblarlo y ponerlo bien en el bolsillo de la americana. Lo malo fue la masificación del producto.
También recuerdo aparatos para pelar patatas (que hasta los maridos las podían pelar), para hacer buñuelos casi por arte de magia, seis bolígrafos por un duro, plumas de las más ”acreditadas” casas a quince pesetas etc. etc.
En esta típica foto, uno de estos curiosos personajes, se entretiene en vender en plena calle Cruz Conde, unos aparatitos (a cinco ptas. también), que permiten con una gran simplicidad exprimir un limón o una naranja hasta la última gota. Vamos que le hace la competencia a todos los refrescos del país incluso a ese que dicen que no tiene burbuja.
Curioso mundo este de los charlatanes, que venden por un duro la creencia de que se ha hecho la compra del siglo.
Eladio OSUNA

Publicado en la edición cordobesa de El Sol de España el 6 de julio de 1969

sábado, 15 de mayo de 2010

Sin rascacielos en Córdoba

FIRMAS CORDOBESAS
Sin rascacielos

El parisino France-Soir publicó en su edición del pasado día 3, en primera página, y con gran lujo tipográfico, la noticia, ampliamente comentada por Marceau Petit, de que el Consejo de Estado —la suprema Jurisdicción administrativa de Francia—, casando la resolución del Tribunal Administrativo de Versalles, había ordenado la demolición de dos torres de quince plantas, ya habitadas, en Marly-le-Roi, porque el plan de urbanismo que regía para la zona, solamente autorizaba una elevación de siete plantas.
La noticia en si no es singular, pues nuestro Tribunal Supremo, en diversas ocasiones, ha resuelto parecidos casos de idéntica manera; y tampoco es honesto que ella nos mueva a reflexionar, en el sentido de servirnos de consuelo, porque en el país de nuestros vecinos, también haya garrochistas dispuestos a saltarse las ordenanzas.
El hecho nos invita al comentario, porque lo penemos en relación con ciertos atentados urbanísticos —auténticos pecados sociales—, que solamente hace unos días hemos contemplado con indignación en ciertos lugares de la gegrafía española, en donde junto a una iglesia mudejar se ha alzado una torre de trece plantas, o en donde se ha roto con un rascacielos de cuarenta metros de altura la armonía de un paisaje subtropical único, hurtándose las perspectivas de un monumento que, situado sobre un alcor, daba carácter y personalidad a la zona. Y lo lamentable es que ello se haya producido por aldeanismo, por vanidad asesina, por culto a la especulación, o, estúpidamente, porque si, ya que existen miles de hectáreas alrededor de las torres que, además, se pueden adquirir a precios razonables.
La verdad es que en muchas ocasiones a esa tendencia al rascacielismo —que puede ser razonable sin dejar de ser terriblemente incómoda y estéticamente deplorable en la península de Manhattan— no se le puede encontrar explicación convincente usando sólo de la razón y valiéndonos de criterios sociales o económicos; se hace necesario recurrir a la figuración poética para hallar su porqué: hay que suponer que las torres son un símbolo de la frustración espiritual del hombre contemporáneo, que, aplastado por la religión del consumismo, quiere escapar en veloces ascensores hacia unas babélicas verticalidades, para instalar en ellas su morada, como sucedáneo de ese profundo anhelo de asunción que es inseparable de nuestra, naturaleza.
Pero dejando a un lado tales elucubraciones, volviendo a pisar la tierra, ampliando el diámetro de este comentario y reparando en nuestra ciudad —que en muchos aspectos urbanísicos no se puede considerar como modelo—, sí tenemos que congratularnos de que un planteamiento riguroso, con gran visión del futuro —que en muchas ocasiones ha dado lugar a criticas movidas por el interés—, llevado con tenacidad a sus últimas consecuencias y con unas violaciones de lo ordenado a tal respecto tan escasas, que, ciertamente, se pueden contar con los dedos de la mano, y tan tímidas que poco han influido en el entorno ciudadano, nos haya librado de las torres, los rascacielos, las colmenas, o como se quieran llamar a esos menstruos urbanos que no son en absoluto necesarios —convendría dar lecciones sobre ello a los municipios de nuestras costas— para incorporarnos a Europa o para ingresar en el Mercado Común.
Día llegará en que cuando estemos fuera de nuestra ciudad, al igual que hoy con una superioridad deliciosamente infantil nos jactemos de tener en ella la Mezquita, nos sintamos orgullosos de poder pregonar: "pues, en donde yo vivo no hay un solo rascacielos".

Carmelo CASAÑO SALIDO

Publicado en la edicion cordobesa de El Correo de Andalucía el 11 de febrero de 1972

lunes, 10 de mayo de 2010

Josefina Carabias y el Topo

La entrevista con el Topo -véase en este mismo blog Topo de la Guerra Civil- produjo entre otros curiosos artículos como éste de Josefina Carabias

LOS SECUESTRADOS EN ANDALUCÍA
Escribe JOSEFINA CARABIAS

Tal vez la noticia nos ha hecho más impresión por haberla conocido durante una de las mañanas más radiantes y perfumadas que se hayan visto, incluso en este rincón paradisíaco. Algunos señores mayores con acento de por aquí, la comentaban en la playa mientras leían, a la sombra, el periódico local:
—¡Ya van lo menos tres casos!, y todos en Andalucía,¿No le parece a usted curioso?
—Lo que me parece es mucho más triste que si hubiera ocurrido en otro sitio. Andalucía la hizo Dios para vivirla en la calle, en verano y en invierno. Tomando el sol o tomando la sombra. Es lo que yo digo; las cosas no se disfrutan aquí a gusto nada más que durante el rato de la siesta...
-Hablaban del caso de don Francisco García el "autosecuestrado" de Córdoba, que acaba de presentarse a las autoridades tras haber pasado treinta y tres años oculto en su propia casa, sin más complicidad que la de una hermana y algunos otros miembros de su familia.
Hace varios meses, se tuvo noticia de un caso parecido. El del antiguo alcalde de Mijas, un pintoresco pueblo serrano de esta comarca. Aunque no está bien hacer comparaciones entre unos sufrimientos humanos y otros, permítaseme decir que el caso del cordobés me parece todavía más desgarrador que el del malagueño, hombre casado que soportó el encierro atendido por su mujer y sus hijos.
Con expresión inteligente, el pelo liso bien estirado hacia atrás —a la moda de entonces— dejando al descubierto una frente despejada. Las gafas de concha, que ningún hombre evitaba ponerse, en aquella época sí le hacían falta puesto que prestaban un aire más viril e intelectual, le caían bien a Francisco García. En fin, por la foto de entonces publicada ahora se ve que era un muchacho de los que en 1936 tenía todo el éxito que quisiera con las chicas.
Pero a eso y a todo debió renunciar al esconderse. Le buscaban porque había sido concejal socialista, una "figura de delito" que en el mundo actual parecerá ridícula, pero que, en los primeros momentos de una conmoción como aquella, parecía enorme.
Hoy, cuando, por fortuna, están ya olvidadas cosas mucho más graves, es fácil caer en la cuenta de que el pobre secuestrado no debió de ser una pieza muy importante en la guerra.
Basta recordar que en Córdoba, la resistencia contra el Movimiento Nacional fue prácticamente nula. Todo se resolvió en unas horas el primer día.
Francisco García ha salido de su encierro con cincuenta y cinco años. No ha perdido su buen aspecto y, comparando la foto de ahora con la antigua, se le reconoce en el acto. Pero, todas las ilusiones de la juventud quedaron sepultadas en la carbonera donde pasó tantos actos los primeros años y en los pasillos del piso por donde deambulaba horas y horas, a partir del momento en que un médico —que la familia fue a buscar muy lejos a fin de no romper el secreto— le dijo que, para su salud, necesitaba dar paseos largos.
—Cuando ya llevaba veintisiete años encerrado, salí por primera ves a la calle —ha dicho don Francisco al periodista Eladio Osuna de "Sol de España"— y noté que apenas sabia andar, a pesar de haber hecho ejercicio en casa. Luego, seguí saliendo, pero siempre temiendo que me reconociera alguien. Siempre de prisa y con miedo. ¡Qué diferencia de ahora que puedo recorrer mi ciudad despacio, pararme donde quiera, sentirme libre...!
Lo malo es que don Francisco tiene úlcera de estómago —¿qué menos puede tener después de esa vida?— y ahora teme morirse, en vista de que no quiere desairar a los amigos y conocidos que constantemente le convidan a cerveza, mariscos, frituras y le alargan cigarrillos y hasta cigarros puros con sortija. Tan contento está que hasta se casaría de buena gana. Pero resulta que sus contemporáneas no le dicen gran cosa. Las que a, él le gustan son las jóvenes que, dígase lo que se diga, no son tan distintas de como eran las últimas que él trató antes de encerrarse, un poco más cortas de falda, pero eso es todo. En 1936 ya usaban las chicas pantalones, melenas flotantes y jerseys de colores alegres.
* * *
Hará cosa de nueve o diez años, el escritor y filósofo francés Jean Paul Sartre, estrenó en París una obra de teatro titulada "Los secuestrados de Aliona", que hizo gran impresión. Refería el caso de un oficial alemán, durante quince años encerrado en el castillo de su familia, por evitar las represalias de la posguerra. Sartre hizo una especie de tragedia griega, en vista de que su temperamento y el del protagonista alemán resultaban mucho más enrevesados que los de estos andaluces que han sabido soportar con paciencia y sencillez una situación mil veces más triste.
Téngase en cuenta, en primer lugar, que el clima de Prusia no es el de Córdoba ni el de Málaga. Así, un prusiano normal, es decir, sin las complicaciones de los personajes de Sartre, podía haber llevado una vida plácida metido en su castillo, echando leños en la chimenea y oyendo retumbar el huracán fuera. Pero, pasarse treinta y tres inviernos y treinta y tres primaveras encerrado en Córdoba, sin tomar el sol ni la brisa del Guadalquivir, ni Sierra Morena, sin salir a oler los jazmines ni los azahares, ha sido mucho peor.
Sin embargo, aquí hay quien ya compadece menos a don Francisco García: se han enterado de
que, desde hace ya algunos años tenía su televisión en casa, como cada hijo de vecino.

Publicado, entre otros, en El Ideal de Granada el 30 de agosto de 1969
En la foto, casa donde estuvo escondido. En el cartel de cine se lee el título de la pelicula. "Todos los hermanos eran agentes"

domingo, 9 de mayo de 2010

Ha muerto Antonio Uceda


Ha muerto Antonio Uceda

Justamente cuando estaba a punto de publicar el último trabajo de este blog de prensa histórica, me llega la tristísima noticia de la muerte de Antonio Uceda en Sevilla, y de su entierro el domingo, 9 de mayo.
Hace menos de unas semanas que fui a pasar el día con él, en un viaje prometido desde hace unos meses. Como dos jubilatas recorrimos el centro de Sevilla y acabamos almorzando, a la orilla del Guadalquivir en un restaurante de la calle Betis, en un caluroso día preludio de la próximo Samana Santa.
Allí recordamos docenas de anécdotas y vivencias de los tiempos pasados en Córdoba en las fechas que dan origen a esta hemeroteca, y en los que se publicaron la mayoría de estos trabajos. Años difíciles, en el tardofranquismo, donde tan duro era ser progre, y ofrecer un mínimo de información de la que la prensa oficial obviaba, y de la que era aventurado simplemente informar de cosas que pasaban en aquella incipiente sociedad que se asomaba a tiempos de cambio.
Antonio Uceda supo abrir un pequeño hueco y dar cabida a muchas personas, firmas, noticias, comentarios y colaboradores entre los que me encuentro.
Todo lo que sé de periodismo se lo debo a él, que me dio la primera oportunidad de publicar y desarrollar un trabajo que duró muchos años y en el que aprendí no solo la base de la profesión sino el conocimiento real de lo que era aquella sociedad a la que yo empezaba a asomarme.
Como yo hubo otros muchos, pero creo que Córdoba también recibió mucho de Antonio Uceda, y esta ciudad, tan reacia a reconocer los méritos y los servicios de una parte de sus miembros, tiene una deuda de reconocimiento al trabajo desarrollado en La Voz de Andalucía, en Radio Popular, en El Sol de España -edición Córdoba- y en El Correo de Andalucía -edición de Córdoba. También en la fundación de Nuevo Diario, periódico que no pudo dirigir tras su primera salida en falso a pesar de tanto esfuerzo como realizó para que cuajara-, pero esa es otra historia que algún día explicaré desde una perspectiva siempre negada-.
Ahora, mientras preparo el viaje para asistir a su entierro, me pide el alma dejar en este blog este testimonio de cariño, amistad y de orfandad, pues como un segundo padre lo he tenido estos años.
Descanse en paz

sábado, 1 de mayo de 2010

Patricio Guzman en la I Semana Internacional de Cine

I SEMANA INTERNACIONAL DE CINE
«La batalla de Chile», film de análi
sis
 
El operador jefe ha sido dado por desaparecido por la junta militar Entrevista con el director, Patricio Guzmán

La I Semana Internacional de Cine comenzó en Córdoba con la proyección de la primera y segunda parte de «La Batalla de Chile». Un lleno a rebosar en el Gran Teatro —lo que augura mejor suerte a la semana de este año— y aplausos intensos a Patricio Guzmán allí presente y al que EL CORREO les formuló las siguientes preguntas:

—Patricio ¿qué es exactamente «La Batalla de Chile»?
—Es una película de análisis político del último año del Gobierno del presidente constitucional de Chile, Salvador Allende.

—¿En qué condiciones se hizo esta película?
—Es una película hecha con un equipo que filmábamos lo que ocurría en Chile, día a día, desde enero hasta septiembre. Era como te digo un colectivo de trabajo formado por seis personas y muchos asesores que nos ayudaban.

—¿Estas filmaciones fueron libres o clandestinas?
—Lo que ocurre es que en ese período en Chile había una situación de violencia, de lucha de clases, porque es el período en que la derecha chilena en conjunto, financiada por EE. UU., inicia el derrocamiento del Gobierno constitucional y por lo tanto para crear el clima, las condiciones de golpe de estado, lo que hace esta derecha es provocar un clima de violencia en la calle, de tal forma que la filmación de esta película se hizo con bastante riesgo y con un cierto clima de discreción porque no se podía andar por todas partes con un letrero, con una conferencia de prensa o un anuncio en el periódico diciendo que tú andabas haciendo una película de tales características.

VEINTE HORAS FILMADAS

—¿Puede decirse que «La Batalla de Chile» es una película documental?
—Es una película testimonial, documental y de análisis, que recoge en el relato muchos elementos del cine de ficción. Esa es la definición que yo le daría a la película.

—¿Hubo dificultades para sacarla?
—Sí, hubo bastantes dificultades; el rescate del material duró unos seis meses y en el cual tomaron parte unas quince a veinte personas, miembros de la resistencia chilena conjunta. El material se reunificó en La Ha baña, donde el Instituto Cubano de las Artes e Industrias Cinematográficas nos prestó a nosotros la ayuda material para poder realizar esta película.

—¿Qué criterio se siguió para el montaje de la película?
—Es una pregunta bastante larga de explicar, pero más o menos la película venia preconcebida en su filmación. Es una película de planos largos, sostenido», no un documental de planos abruptos y breves como los de un noticiario por ejemplo; es una película que ya tiene en sí una concepción narrativa, por lo tanto a la hora de montar fue fácil desglosar la obra en tres partes, de las cuales ahora veremos dos y la tercera está aún en proceso.

—¿Qué cantidad de película se filmó?
—Se filmaron 45.000 pies de negativo en dieciséis milímetros.

—¿Cuanto supone en tiempo esa cantidad?
—Aproximadamente de 22 a 25 horas.

OPERADOR JEFE «DESAPARECIDO»

—¿Salió completo el equipo de Chile?
—No, nuestro operador jefe, Jorge Müller Silva se encuentra prisionero desde el año 74 con carácter de desaparecido, es decir, el Gobierno de Pinochet no reconoce la detención de Jorge Müller y muchos compañeros que han sido liberados gracias a la presión de la solidaridad Internacional, cuando le hemos enseñado fotos de Jorge, dicen haberlo visto en varios campos de concentración en Chile.

Si cabe hablar de mensaje en esta película, ¿cuál es, a juicio tuyo?
En primer lugar la película os testigo de unos acontecimientos excepcionales. A partir de ahí la película entrega elementos de juicio a las fuerzas progresistas, democráticas y revolucionarias del mundo. Es decir no es una película que intente sentar cátedra frente a los revolucionarios, no es una película que trate de indicar con una flecha qué es lo que ha de pensar, sino que aporta elementos de análisis, dialécticamente ensamblados para que si esa situación histórica se repitiese en algún tugar, estas fuerzas tengan un diagrama filmado e indesmentible de cómo los enemigos de los grandes cambios sociales operan para congelar esos cambios
E. O.

Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 25 de octubre de 1977

domingo, 25 de abril de 2010

Ricardo Anaya

Curiosa entrevista con este señor que simultaneaba su trabajo en la policía político-social con la elaboración de carteles Feria y Semana Santa que ganaron muchos años el concurso correspondiente

El cartel ha de ser un grito que admire
Entrevista con Ricardo Anaya


Ricardo es un pintor que sabe encontrar todos los matices a sus modelos y que, además, conoce la ciencia de plasmarlo en el lienzo. Por sus pinceles han pasado relevantes figuras. Sin necesidad de remontarnos a su cuadro sobre Manolete, que prácticamente ha dado la vuelta al mundo, ya que supo captar perfectamente el patetismo gran califa, recordamos ahora sus retratos del generalísimo Trujillo, de los gobernadores de Córdoba, Revueltas Prietos y Barquero, de la incomparable Carmen Amaya y otros muchos que nos serla imposible enumerar. La facilidad interpretativa de Ricardo Anaya le ha proporcionado una gran popularidad coma cartelista. Hasta la Feria Mundial de Nueva York han llegado sus producciones y muchas de sus obras son copiadas como reconocimiento a su gran impacto. Dentro de unos días va a salir un cartel suyo para anunciar la romería a la Virgen de Linares.

—¿Cómo es este cartel, Ricardo?
—Es una cosa sencilla que he tenido que realizar para complacer a mi buen amigo Tomás Zapatero pero esto no quiere decir que no haya puesto en ella como en todas mis obras la mayor ilusión —he tenido muy en cuenta además que la romería de Linares, a la que quiero mucho, es ya famosa en buena parte de Andalucía—. Me hubiera gustado hacer otra cosa más amplia, más ambiciosa pero el excesivo trabajo que tengo me lo ha impedido.

—Buena señal. ¿Qué acaba de terminar ahora Ricardo Anaya?
—Los retratos de la señora de don Ricardo Molina Gómez y los de sus dos hijas, aparte de este cartelito del que acabamos de hablar.

—¿Qué le entusiasma más, señor Anaya, el cartel o el retrato?
—Me entusiasma mucho más el retrato. Además lo considero con más contenido artístico que el cartel aunque este sea un género que aprecio mucho.

—Sus carteles, señor Anaya han proclamado las principales- fiestas de España. ¿Qué requisitos debe reunir un buen cartel?
—En primer lugar que tenga una composición buena y después que tenga cuidado el color para que sea un auténtico grito que atraiga la admiración del que lo contempla. Considero también esencial que rime con el costumbrismo de la fiesta que se va a anunciar. Cuando yo me presento en Salamanca, Avila o Murcia tengo la costumbre de ambientarme para el motivo que tenga el cartel, esté perfectamente adaptado a la pecularidad de la fiesta que anuncia. en caso contrario no puede haber esa necesaria armonía ya que yo hago una realización a capricho, puedo conseguir un buen cartel, pero nunca algo que sea la llamada y el acompañamiento de lo que se pretendeensalzar.

Hablemos del retrato. ¿Qué cualidades le exige?
—Primeramente el parecido y después la técnica. Cada uno tiene su estilo y en la concepción técnica debe existir libertad, no así en la semejanza de rasgos. Yo he logrado crear mi propia forma de hacer sin caer en la vanidad de pretender no parecerme a nadie pero sí he trabajado para conseguir satisfacer plenamente mi concepción de la forma en que hay que trasladar la imagen al lienzo.

—¿Cree importante el fondo en el retrato?
—Naturalmente. Es importantísimo.

—Entonces ¿Cree que solamente con el parecido físico y un buen fondo el retrato está completo?
—No, ni mucho menos. Hay que idealizar un poco la figura y sobre todo interpretar su personalidad plasmando hasta el límite de lo posible su espíritu en el trabajo.

—Los carteles le han dado fama, le han dado numerosísimos premios Sr. Anaya. ¿Hay algún cartel que no haya podido pintar?
—Sí, siempre tengo propósitos de agradar en el horizonte artístico, de «superarme y esto, lógicamente me hace ir en pos del cartel ideal, cosa que jamás podré alcanzar. Hay una serie de carteles que me rondan y que efectivamente me gustaría hacer.

—¿Y por qué no los hace?
—No siempre querer es poder, precisamente la concepción de un cartel es lo que más trabajo le cuesta al artista, dándose la paradoja de que brotan ideas para otros carteles mientras que la cabeza permanece dolorosamente vacía ante el que queremos hacer.

—¿Qué retratista; admira más Ricardo Anaya?
—Me gusta mucho nuestro paisano Rafael Serrano, y Ojeda, de Córdoba, también admiro mucho a Agustín Segura y a Álvarez de Sotomayor.

—¿Y en el cartel?
—En Córdoba hay varios estupendos como son los hermanos Ojeda, por ejemplo, Miguel del Moral, que también ha hecho algo de esto, en Sevilla, Álvarez Gómez y Mariscal. En líneas generales Andalucía es pródiga en cartelistas..
Buena prueba de ello lo constituye Ricardo Anaya a quien alguien ha definido como el cantor pictórico de Córdoba. Un hombre que ha sabido captar como nadie la dimensión exacta de nuestra tierra.

Publicado en la edición cordobesa de El Sol de España el 12 de abril de 1969

domingo, 18 de abril de 2010

Teresa Álvarez y Mari Paz Vega

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

LOS MOVIMIENTOS FEMINISTAS DEBEN EMPUJAR
A LOS PART
IDOS POLÍTICOS

Teresa Álvarez y Mari Paz Vera hablaron sobre «La mujer y la Constitución»
Las andaluzas están faltas de adecuada preparación
La mujer andaluza, aislada por la incultura.

Mesa redonda en el Juan XXIII sobre «La mujer y la constitución». El 8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora los grupos feministas han organizado diversos actos entre ellos la citada mesa redonda, y con sus ponentes, Teresa Álvarez, del Grupo Independiente Feminista, y Mari Paz Vera, de la Asociación Democrática de la Mujer Andaluza «Mariana de Pineda», mantuvimos este diálogo:
—Teresa, ¿qué finalidad tienen estas actividades?
—Se han montado con ocasión del Día Internacional de la Mujer Trabajadora que ya el año pasado celebramos. En éste hemos montado estos tres encuentros aquí, en el Juan XXIII, que han sido el primero una escenificación poética de temas feministas, esta mesa redonda sobre la mujer y la Constitución, y el último, con la participación de otras tres compañeras, que tratará sobre la mujer en el trabajo, la familia y la educación.
Mari Paz, ¿cómo queda la mujer en el proyecto de Constitución?
—Hasta ahora creo que no se ha ocupado demasiado de la mujer. En principio los artículos más interesantes son el primero, el 14, el 27 y el 34 que son los que más reflejan la situación de la mujer. A nivel general no estamos contentas porque no satisfacen los intereses de la mujer porque es muy ambigua.
— ¿Podrías concretar un poco vuestro descontento?
--El artículo primero empieza diciendo que «todos los ciudadanos son iguales ante la ley». Sería suficiente con que eso se cumpliera, además teniendo en cuenta que el 14 excluye toda discriminación en razón de sexo. Pero hay un detalle que no recoge la Constitución y que para nosotras es muy importante, es el derecho al divorcio, como derecho civil democrático. Si admite en cambio la separación, la anulación y la disolución, pero no el divorcio como un derecho constitucional. En lo referente a la familia, cambia muy poco la situación actual, queda excluida la maternidad y se cargan las tintas en la familia.

LA CONSTITUCIÓN QUEDA CORTA
—Vosotras, Teresa, ¿qué opináis?
--No cabe duda que aunque la Constitución se queda corta respecto a la mujer, hay que reconocer que se ha dado un avance frente a la jurisprudencia que teníamos antes. De todas formas se queda corta y va haber problemas si después las leyes que se desarrollen no superan las contradicciones. La Constitución mejora la situación de la patria potestad, la cuestión del domicilio conyugal o la educación de los hijos. Pero todo esto lo aborda tan generalmente que está por ver si eso llega a un desarrollo concreto.
Mari Paz, ¿cómo está la mujer cordobesa en orden a su concienciación por los problemas feministas?
—Yo no diría de la mujer cordobesa, diría de la mujer andaluza, y ni que decir tiene que en Andalucía el nivel de lucha es menor que en otras regiones, fundamentalmente porque se nos ha privado de una cultura general a todo el pueblo. Cuando se les habla a las mujeres de sus derechos se quedan un poco extrañadas o te pregunta que si es que queremos más derechos, es decir, no son conscientes de la discriminación de la mujer. Cultura, educación en régimen de coeducación real desde párvulos a universidad, son puntos fundamentales de esta conquista.
--¿Siguen siendo necesarias las asociaciones feministas después de la aparición de los partidos?
--Si, son necesarios porque los partidos políticos aún no han cambiado lo suficiente respecto a los problemas de la mujer. Te diría que ahora tiene más validez que nunca los grupos feministas y mucho campo que desarrollar.
--¿Tú qué opinas de esto, Mari Paz?
--Yo te diría algo más: somos consciente de que lo que se hace en el Parlamento es muy importante, pero creo que los partidos cumplirán lo que prometieron antes del 15 de junio si los movimientos feministas están detrás empujándoles.

FEMINISTAS Y PARTIDOS
--¿Por qué coexisten varios grupos feministas? ¿Hay detrás de ellos algún partido, Teresa?
--Creo que existen varios movimientos pero que sus planteamientos básicos son iguales y las reivindicaciones coinciden. No Sé si detrás de cada grupo hay un partido, hay quien dice que sí y hay quien afirma lo contrario. Mi grupo en concreto no está apoyado por ninguno y admitimos la doble militancia.
--Por mi parte creo que en el país hay ahora tres corrientes feministas y en ellas se agrupan sus movimientos. A veces la diferencia no estriba en depender de uno u otro partido, sino que está en la forma de entender la lucha por las reivindicaciones feministas.
—Finalmente, ¿objetivos inmediatos de vuestros movimientos feministas?
--Son prácticamente los mismos para todos los movimientos. Ahora mismo estamos centradas en que la Constitución sea auténticamente democrática y que reconozca los derechos del 53 por ciento de la población, es decir, la mujer. Que se refleje este reconocimiento específicamente en el derecho al divorcio que es muy importante para que cambien determinadas estructuras.
E. O.

Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 10 de marzo de 1978