viernes, 18 de septiembre de 2015

La Constitución en la Transición (V)

Para completar esta primera parte de la serie, qué mejor trabajo que esta entrevista a Hernández Mancha, el notario cordobés que fue presidente de Alianza Popular

LA CONSOLIDACIÓN DE LA DEMOCRACIA REQUIERE MAS AUTORIDAD
-La autoridad implica poder político y prestigio personal
-Si se anquilosa este período de crisis se corre el peligro de golpe militar
Conferencia de Antonio Hernández (A. P.) sobre «La decadencia del pri
ncipio de autoridad

En el salón de actos de la Caja Provincial de Ahorros y dentro del ciclo de conferencias organi­zado por la Asociación Cordo­besa de Empresarios Agropecuarios intervino Antonio Hernán­dez Mancha, abogado del Estado y presidente provincial de Alianza Popular, con el tema «La decadencia del principio de au­toridad».

— ¿Qué mantiene en su confe­rencia?
—Va precedida de un estudio histórico: la evolución del prin­cipio de poder como regidor de toda la convivencia humana en las sociedades políticas; luego la superación que se hace como una conquista cultural en Roma del principio de la «autoritas» como superador de la «potestas», más brutal ésta en el sentido que bus­caba la imposición sobre el súbdito más que su colaboración; después me refiero a las nuevas orientaciones del poder político, la elaboración teórica de con­cepto de soberanía, previo el sur­gimiento de la nacionalidades en el Renacimiento, luego todo el bagaje cultural y político de la Revolución Francesa


— ¿Y hasta llegar a nuestro días?
—Sí, hasta apreciar la última decadencia que en los ciclos his­tóricos por los que ha atravesado el principio de autoridad se per­cibe en nuestro tiempo como consecuencia de la influencia cultural y política del pensa­miento marxista, y por supuesto por aquellas contradicciones a que ha llevado en el mundo occi­dental, un excesivo materia­lismo en el enfoque de la vida, una desmoralización de los ciu­dadanos y, correlativamente, una crisis de autoridad nueva que es la más grave.

— ¿Por qué más grave?
—Porque esta crisis viene en un momento en que los cambios se producen a más velocidad. 

DEMOCRACIA Y LIBERTAD

— ¿Conclusiones de este análi­sis?
—En mi conferencia saco una serie de conclusiones de tipo netamente políticas para el pre­sente de España. La falta de au­toridad me parece evidente, aunque también me parece justi­ficada como consecuencia del paso de una dictadura a una de­mocracia, pero precisamente por haberse consolidado, al menos formalmente, un régimen demo­crático, creemos que el principio de autoridad tiene que respaldar aun más. Esta democracia nece­sita más de la autoridad que por hipótesis podría incluso necesi­tar un sistema autoritario como era el anterior.

— ¿Cómo cree que debe quedar la autoridad en un marco demo­crático?
—En un marco democrático la autoridad debe quedar ratifi­cada. Caemos en el error de con­siderar que en la tesis antítesis, autoridad libertad, no hay nin­guna síntesis ideal que permita la convivencia política. Parece que la libertad es el progreso y la autoridad la regresión.

— ¿No es así?
—No podemos mezclar esto en un sistema político de carácter democrático cometiendo el error de identificar democracia con li­bertad absoluta y ausencia de autoridad. La autoridad creo que es la base de toda organización política.

EL GOLPE AL FONDO

— ¿Pensáis en AP que hay va­cío de poder?
—Formalmente no hay vacío de poder porque el poder existe, pero Tierno Galván dijo recien­temente en la interpelación par­lamentaria al Gobierno, que no basta con el poder, que la autoridad es una síntesis de poder político —que éste es indudable que hoy existe en España— y de prestigio personal que no puede perderse.

—Por lo tanto...
—Lo que creo que sí se está produciendo es que como conse­cuencia de los ataques constan­tes que está recibiendo la autori­dad establecida democráticamente, ésta se está acomplejando y debilitándose a sí misma hasta que no tenga un marco, pienso yo constitucional, que avale y prestigie su propia posi­ción.

— ¿Cómo ve entonces el fu­turo?
—El sarampión de esta fiesta digamos de libertades, en la que no se habla nada más que de li­bertades y de derechos, pero en la que no se habla de responsabilidades y obligaciones, es algo muy explicable sociológica­mente como consecuencia del cambio político y creo que pa­sará, porque desde luego como se anquilose este fenómeno de cri­sis y decadencia del principio de autoridad política, creo que vol­veremos a superar esta «auroritas» democrática que tenemos y volveremos al poder-fuerza que dan los golpes militares.
E. O.

Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía, el DOMINGO, 14-V-1978 
Foto tomada de Internet

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