viernes, 26 de octubre de 2012

El otro González-Ripoll

Al publicar días atrás una entrevista con el González-Ripoll novelista, surgió la referencia al Gozález-Ripoll pintor naif. Pues efectivamente eran hermanos y ahora he encontrado esta referencia

EXPOSICIONES

GONZALEZ-RIPOLL, VEINTE RETAZOS DE LA VIDA PASADA EN LA CIUDAD

La Córdoba que fue, a través de lo «naif», bien pudiera ser el título de la exposición que presenta en la Studio 52 el pintor cordobés Carlos González-Ripoll. A través de 20 obras tremendamente colorista se puede asistir a otros tantos retazos de la vida pasada de la ciudad de mano de una serie de personajes perfectamente reconocibles.

LO «NAIF»

Mucho se ha escrito sobre lo que es «naif» y lo que es mera pretensión. Pero si por «naif» entendemos como dice Illescas en el catálogo de p
esentación «El arte de los hombres, que en sus innatas e indudables aptitudes estéticas han permanecido siendo niños en la espontaneidad de su factura y en la sencillez de su corazón», bien puede encuadrarse con la plena garantía a González-Ripoll como cultivador de éste género que además en la presente ocasión tiene toda una serie de connotaciones con ese niño de indudable aptitudes estéticas que ha sido testigo fiel de una faceta de la historia local que después ha sabido contar con espontaneidad de factura y sencillez de corazón.

Puede chocar una primera mirada a las obras expuestas quizá por su colorido quizá por su ingenuidad. Pero son estos ingredientes esenciales del quehacer "naif". Por otra parte la proximidad de los ambientes captados por González-Ripoll son otra posibilidad de sorpresa del aficionado al arte: a veces lo cercano en el espacio y lo próximo en el tiempo actúan de barrera y difícilmente captamos que lo cotidiano pueda tener relieve y entidad como para ser perpetuado.


ESA LUZ

Hay que agradecerle a González-Ripoll que haya captado para la historia unos retazos populares que actualmente son sistemáticamente destruidos por la sociedad consumista respecto al costumbrismo, y la especulación respecto al urbanismo. Unas actas del populismo cordobés que son aquí
captadas sin agrideces ni nostalgias, sino con un algo de humor, un mucho de luz y color y un bastante de desenfado.

Los asistentes a la inauguración iban reviviendo muchos de los personajes que llenan literalmente cada cuadro: desde los frailes de la Corredera a
la casa de furcias de San Francisco; desde la verbena de San Pedro, a la uniformada banda de la Victoria; desde el carro de la carne de Vidal hasta la estampa bullanguera del carnaval cuyos personajes se repetían por años en sus máscaras hasta que nuevos rumbos imperiales impusieron la estricta mesura.
E. O.


Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 29 de noviembre de 1975

3 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

Pasando por el curioso personaje del tuerto de los calcetines de la anécdota del Guerra.
Saludos

Eladio Osuna dijo...

Recuerdo, Paco, que cada cuadro era como un retrablillo de personajes curiosos y que habia que verlo leyéndolo. Tuve la suerte de estar presente en la inauguración y escuchar los detalles de manos del autor. Pero claro, ahora imposible recordar

Anónimo dijo...

Alguien me puede indicar si hay algún libro con la recopilación de todas sus obras, "me encantan la pintura naïf y también la ciudad de Córdoba.